Para su cumpleaños, un niño de doce años realiza un vuelo turístico en hidroavión sobre Hamburgo. El 2 de julio de 2006, al niño le espera una aventura apasionante e inusual. Con el Beaver DHC-2 de Havilland de la compañía Himmelsschreiber los pasajeros podrán realizar un vuelo panorámico de 20 minutos a una altitud de unos 600 metros sobre la ciudad hanseática. Y las condiciones son buenas:hace calor, el termómetro marca 26 grados y la visibilidad es clara. Pero este domingo transcurrió muy diferente de lo previsto, como lo documenta el informe de la Oficina Federal de Investigación de Accidentes Aéreos (BFU) en Braunschweig.
El inicio sigue funcionando sin problemas
Alrededor de las 10:30 horas, el piloto Jörg S, que también es director general de la empresa, arranca el hidroavión en el puerto deportivo de la ciudad, cerca del Überseebrücke. A bordo se encuentran el niño de doce años, su padrastro y otros tres pasajeros. Provienen de Hamburgo, Baja Sajonia y Bremen. El proceso de puesta en marcha se desarrolla sin problemas. Primero, la máquina avanza sobre el agua en dirección a la ruta de despegue en el norte del Elba. A las 10:36 horas, el hombre de 52 años informó al control aéreo que había despegado con la máquina. Los caminantes a orillas del Elba observan el ascenso del avión. Luego gira hacia el sur girando a la derecha.
El suelo toca el suelo
Justo antes de que el Beaver DHC-2 cruce Veddeler Damm, los testigos oyen detenerse el motor. Luego ven cómo el avión pierde altitud. Un último mensaje de radio del piloto resulta incomprensible. Pero:Se produjo un incendio a bordo. El piloto todavía está intentando realizar un aterrizaje de emergencia en las vías de la estación portuaria de Hamburgo-Süd. La máquina primero toca el suelo con el ala derecha, luego los flotadores se desprenden y aterrizan en un vagón. El fuselaje, el motor, la cola y ambas alas caen sobre una pista y estallan en llamas. Cuatro de los seis ocupantes murieron instantáneamente, incluido el niño de 12 años. Particularmente trágico:la madre del niño observa el accidente desde el punto de partida.
Alrededor de 115 servicios de emergencia de los bomberos, servicios de rescate y policía se movilizan. En el lugar del accidente, se les presenta una imagen de horror. Los escombros están en llamas, los restos están esparcidos entre los vagones estacionados, en medio de los rieles está el bloque del motor con las palas de la hélice dobladas.
El padrastro sobrevive al accidente
El padrastro de 38 años, quien estaba sentado al lado del piloto puede liberarse de la máquina. Lo llevan al hospital con quemaduras graves. Su estado es inicialmente crítico y lo colocan en coma artificial. En el accidente se quemó alrededor del 40 por ciento de su piel. Después de unas cuatro semanas, su estado es estable, pero todavía se encuentra en cuidados intensivos. Sólo tres meses después podrán ser trasladados a otra sala. El hombre tiene que luchar durante mucho tiempo con las consecuencias para su salud.
El último "escritor del cielo" alemán
El piloto Jörg S. tiene mucha experiencia y realiza alrededor de 1.000 despegues y aterrizajes al año. Según las descripciones de sus compañeros y la valoración de la BFU, es un piloto muy responsable y entusiasta. S. es también el último "escritor del cielo" alemán que puede escribir mensajes en el cielo con aviones.
El hombre de 52 años también logra salvarse de los restos en llamas. Les dice a los socorristas que ha notado una "caída de presión". Lo llevan al hospital con graves quemaduras. Sus posibilidades de supervivencia se consideran escasas. El 80 por ciento de su piel está quemada. Y así el piloto muere al día siguiente.
La edad de la máquina es irrelevante
El Beaver DHC-2 no recibió un motor completamente reacondicionado hasta abril de 2005. Un año más tarde, el avión sigue siendo revisado y sometido a controles de rutina unas semanas antes del accidente. El avión ya tiene 44 años. Según un portavoz del BFU, esto no significa un mayor riesgo de accidentes. "Hay aviones antiguos que están construidos de forma muy robusta", explica. Sin embargo, en las máquinas monomotor siempre existe el riesgo general de que el motor falle. Entonces el piloto puede buscar un lugar de aterrizaje de emergencia mientras planea. "En un hidroavión, sin embargo, el deslizamiento se ve dificultado por el derrape", explica el experto.
Se determina que el incendio del motor fue la causa del accidente
Tres meses después del accidente, los investigadores coinciden:un incendio en el motor provocó el accidente. Según la BFU, durante el vuelo se produjo un incendio en los tanques del fuselaje y en el motor. Como resultado, el motor se paró y la máquina se estrelló. Los expertos encuentran una fuga en el suministro de combustible entre la bomba de combustible y el carburador. Debido a los daños causados por el incendio, ya no pueden descubrir la causa. Además, en esta fase del vuelo el piloto ya no tuvo oportunidad de llegar a una zona más adecuada para un aterrizaje de emergencia. La consecuencia inevitable es el accidente, que se cobra la vida de cinco personas.