Historia de Europa

Owney, el perro que recorrió EE.UU. viajando con el Servicio Postal

Mientras los empleados de la oficina de correos de Albany (Nueva York) cargaban los sacos para repartir el correo por la ciudad, se encontraron con una sorpresa:un cachorro de terrier, una cruz de terrier para ser más exactos. Estaba acurrucado en los sacos para protegerse del frío. Era una mañana cualquiera de 1888. Los empleados decidieron adoptarlo como mascota y lo llamaron Owney. .

Todos cuidaban de Owney y él recorría los puestos de trabajo saludando a todos, pero él tenía una obsesión… te los llevas con el correo. Le gustaba dormir sobre ellos y saltar de uno a otro. Hartos de tener que bajarlo a la fuerza cuando los coches partían para la entrega, un día decidieron dejarlo entre las bolsas. Y de esta manera fue recorriendo la ciudad.

Owney, el perro que recorrió EE.UU. viajando con el Servicio Postal

Pero la ciudad era demasiado pequeña para este viajero incansable. El siguiente paso fue viajar en tren a otras ciudades acompañando el correo. Y pase lo que pase, siempre lograba regresar a la oficina de Albany. Para facilitar las cosas, los empleados le compraron un collar en el que grabaron…

Propietario. Oficina de correos en Albany, Nueva York.

Se hizo famoso en todo el país porque se decía que traía buena suerte:ninguno de los trenes en los que viajó durante años sufrió accidentes ni fue asaltado por ladrones. En todas las ciudades que visitó le pusieron una medalla en el cuello, hasta el punto de que tantas medallas fueron un problema para el pobre Owney. Así, en 1894 el Director General de Correos le encargó que le hiciera un arnés con una chaqueta de cartero para poder llevar mejor "el peso de la fama". Recorrió miles de kilómetros en tren y recibió más de mil insignias/medallas de las ciudades que visitó.

Owney, el perro que recorrió EE.UU. viajando con el Servicio Postal

En 1895 sería probado por el fuego:se embarcó en el vapor Victoria en una gira publicitaria de 129 días del Servicio Postal del Pacífico Norte con una maleta en la que llevaba su manta y su cepillo.

No se sabe cuántos años tenía, pero en 1897 sus fuerzas empezaron a fallar, su vista y su carácter empezaron a amargarse. Tuvo un incidente con un empleado de una oficina de correos de Toledo (Ohio), al que parece que mordió, y alguien -nadie quiso reivindicarse- le sacrificó. Se hizo una colecta entre los empleados de Correos y la dejaron en manos de uno de los mejores taxidermistas del país. Owney estuvo expuesto en la sede del Departamento de Correos en Washington DC hasta 1911, cuando fue donado a la Institución Smithsonian, donde sigue siendo una atracción popular en la actualidad.

Owney, el perro que recorrió EE.UU. viajando con el Servicio Postal

Hoy en día, Owney no habría encontrado tanto acomodo en los modernos sistemas de contenedorización de los operadores postales, mucho más eficientes y racionales, pero ciertamente desprovistos de las posibilidades de los sacos de antaño que, podréis comprobar, si visitáis el Museo Postal y Correos. Telégrafo.

Owney, el perro que recorrió EE.UU. viajando con el Servicio Postal