El 30 de marzo de 1870, un grupo de turistas extranjeros, entre ellos el británico Lord Mancaster y su esposa, los secretarios de las embajadas británica e italiana y sus acompañantes, fueron secuestrados por una banda de ladrones Arvanitaki.
Los ladrones exigieron un rescate de 25.000 libras esterlinas y una amnistía para liberar a sus prisioneros. Finalmente liberaron al señor y a todas las mujeres. El gobierno de Zaimis en ese momento acordó dar el dinero, pero no conceder la amnistía, ya que esto iba en contra de la constitución que preveía la concesión de amnistía sólo para delitos políticos y no para delitos de derecho penal común.
Posteriormente, los ladrones exigieron 32.000 libras esterlinas y luego 50.000 libras esterlinas. Luego, los británicos presionaron al gobierno, declarando abiertamente que no estaban interesados en las disposiciones de la constitución griega. El gobierno griego intentó negociar con los bandidos, dándoles dinero y permitiéndoles salir del país.
Pero los ladrones insistieron en la amnistía y finalmente, cuando un grupo de persecución se les acercó, no dudaron en masacrar a sus prisioneros. La noticia de la masacre provocó un increíble ataque de la Europa "ilustrada" contra Grecia. Especialmente los periódicos británicos no dejaron de llamar a Grecia "una cueva de bandidos, un país mitad eslavos, mitad griegos y mitad bárbaros" y de considerar a todos los griegos responsables del incidente.
Paralelamente a la campaña difamatoria, también se lanzaron amenazas abiertas de intervención militar por parte de Gran Bretaña, Francia e Italia en Grecia y de ocupación de puntos estratégicos en su territorio. Afortunadamente para Grecia, pronto estalló la guerra franco-prusiana y las potencias "protectoras" dirigieron su atención a otra parte. El gobierno griego, sin embargo, inició investigaciones sobre la masacre, llegando incluso a extrañas revelaciones.
¡El terrateniente británico de Evia Frank Noel era el empleador de la banda Arvanitaki! Según las pruebas, él fue quien apoyó a los ladrones en su decisión de atenerse a la solicitud de amnistía, en cooperación con los círculos de la oposición, ¡para que cayera el gobierno de Zaimis! ¡El embajador británico también mantuvo contactos con la pandilla!