Francisco Fernando era el heredero del Imperio austrohúngaro y su asesinato supuso una amenaza directa a la estabilidad de Europa. El gobierno austrohúngaro se apresuró a culpar a Serbia por el asesinato y lo utilizó como pretexto para declarar la guerra a Serbia. Rusia, como aliada de Serbia, declaró entonces la guerra a Austria-Hungría. Alemania, como aliada de Austria-Hungría, declaró la guerra a Rusia y Francia.
El asesinato de Francisco Fernando y su esposa fue un momento crucial en la historia que condujo al estallido de una de las guerras más destructivas de la historia.