1. Motivos políticos: Francisco Fernando fue visto como una amenaza a la independencia de Serbia. Como heredero del trono austrohúngaro, apoyó los planes para expandir el control de Austria-Hungría sobre los Balcanes, que incluían áreas donde vivían muchos serbios. Algunos nacionalistas serbios vieron su ascenso al poder como un peligro para sus aspiraciones de una Serbia independiente.
2. Nacionalismo y paneslavismo: Los crecientes sentimientos nacionalistas eslavos entre algunas personas en Serbia y los Balcanes crearon tensiones con el dominante Imperio austrohúngaro. El paneslavismo, un movimiento ideológico que promueve la unidad entre los pueblos eslavos, tuvo una influencia significativa sobre algunos de los involucrados en el asesinato. Percibían a Francisco Fernando como representante del opresivo poder imperial austríaco que intentaba suprimir los derechos e identidades eslavos.
3. Antecedentes históricos: Las tensiones entre Serbia y Austria-Hungría ya habían conducido a la crisis bosnia de 1908-1909, cuando Austria-Hungría anexó las provincias otomanas de Bosnia y Herzegovina, en gran parte pobladas por serbios. Esta acción aumentó el resentimiento y la hostilidad hacia Austria-Hungría entre los nacionalistas serbios.
4. Participación de los movimientos radicales: Organizaciones nacionalistas radicales, como Mano Negra (también conocida como Sociedad Mano Negra o Unión o Muerte), desempeñaron un papel clave en la planificación y ejecución del asesinato. Formada alrededor de 1901, el objetivo de la Mano Negra era unir todas las regiones habitadas por serbios, incluidas aquellas bajo control austrohúngaro, en una Gran Serbia.
5. Momento simbólico: El asesinato se programó cuidadosamente para que ocurriera el 28 de junio de 1914, el 525º aniversario de la derrota serbia en la Batalla de Kosovo, un acontecimiento significativo en la historia de Serbia que profundizó los sentimientos antiaustriacos.