Falta de suministros: Las Cruzadas a menudo estuvieron mal abastecidas y los cruzados a menudo tuvieron que lidiar con escasez de alimentos y agua. Esto hizo difícil mantener un asedio durante un período prolongado.
Enfermedad: Las enfermedades eran un problema importante para los cruzados y muchos soldados murieron a causa de enfermedades como la disentería y el tifus. Esto debilitó aún más su capacidad para realizar asedios.
Guerra de guerrillas: Los cruzados a menudo enfrentaron la resistencia de la población local, que usaba tácticas de guerrilla para acosar a los cruzados e interrumpir sus líneas de suministro. Esto dificultó a los cruzados mantener un asedio y capturar una ciudad.
Resistencia musulmana: Los musulmanes a menudo estaban bien organizados y decididos a resistir a los cruzados. A menudo utilizaban una variedad de tácticas para defender sus ciudades, incluidas salidas para atacar a los cruzados o el uso de máquinas de asedio para dañar las obras de asedio de los cruzados.