El Plan Marshall estaba dirigido principalmente a las naciones de Europa occidental que habían sido afectadas por la guerra. El programa proporcionó asistencia financiera y experiencia técnica para ayudar a estos países a reconstruir sus economías e infraestructura, fortalecer sus instituciones políticas y promover la cooperación y la integración económicas.
Específicamente, el Plan Marshall ofreció ayuda financiera en forma de subvenciones y préstamos a los países europeos participantes. Estos fondos se utilizaron para apoyar una amplia gama de proyectos, incluida la reconstrucción de fábricas, redes de transporte y servicios públicos, así como el desarrollo de la agricultura y la industria. El programa también brindó asistencia técnica en forma de expertos y asesores que trabajaron con gobiernos y empresas europeos para implementar reformas y mejorar la eficiencia económica y la productividad.
El Plan Marshall tuvo un impacto significativo en la recuperación económica y el desarrollo de Europa Occidental. Ayudó a reconstruir la infraestructura dañada por la guerra, estimular el crecimiento económico y crear una región más estable y próspera. El plan también contribuyó al establecimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en 1951, que sentó las bases para una mayor integración europea y, en última instancia, condujo a la creación de la Unión Europea (UE).