La Revolución Rusa fue un período de agitación política y social en Rusia que finalmente resultó en el derrocamiento de la dinastía Romanov y el establecimiento de la Unión Soviética. La revolución fue encabezada por el Partido Bolchevique, dirigido por Vladimir Lenin, que buscaba establecer una sociedad comunista en Rusia.
Después de la revolución, los bolcheviques consolidaron el poder y comenzaron a implementar sus políticas, que incluían la nacionalización de la industria y la agricultura, la redistribución de la tierra a los campesinos y la creación de un estado de partido único. Estas políticas provocaron cambios significativos en la sociedad rusa y sentaron las bases para el desarrollo de la Unión Soviética como una importante potencia mundial.
La Unión Soviética se estableció oficialmente en 1922 y duró casi 70 años hasta su colapso en 1991. Durante su existencia, la Unión Soviética jugó un papel importante en la política, la economía y la cultura globales. Fue una superpotencia durante la Guerra Fría e hizo importantes contribuciones a la ciencia, la tecnología y la exploración espacial.