Para conocer el origen de la familia Beaufort tenemos que partir de la figura del príncipe inglés Juan de Gante, hijo del rey Eduardo III y duque de Lancaster (de ahí el nombre de la casa a la que pertenecieron sus descendientes). De su matrimonio en 1359 con Blanca de Lancaster nació Enrique IV, que se proclamó rey de Inglaterra en 1399, destronando a su primo Ricardo II. Juan de Gante casó en segundas nupcias en 1371 con Constanza de Castilla. De este matrimonio nació Catalina de Lancaster, primera princesa de Asturias, reina de Castilla y abuela de Isabel la Católica. Lo que pasó con Enrique IV y Catalina de Lancaster no es el tema de esta entrada (quienes quieran más información pueden verla en los enlaces a los artículos dedicados a ellos).
Para lo que hoy nos interesa tenemos que centrarnos en el vínculo entre Juan de Gante y su amante Katherine Swynford (representada en la imagen que encabeza la entrada). De esta unión nacieron durante la década de 1370 cuatro hijos (John, Henry, Thomas y Joan), que adoptaron el apellido Beaufort. El hecho de que los cuatro nacieron fuera del matrimonio de un hombre casado hizo que estos descendientes ilegítimos no fueran elegibles para heredar los títulos y propiedades familiares de su padre.
Cuando su esposa Constanza de Castilla murió en 1394, Juan decidió volver a casarse. Aunque podría haber elegido a cualquier joven miembro de la realeza europea casadero, Juan decidió reconocer a su fiel compañera y amante de toda la vida, Katherine Swynford. La pareja se casó en Lincoln el 13 de enero de 1396. Sus hijos tenían entonces entre 24 años (John) y 17 años (Joan). Juan de Gante sólo tuvo un heredero legítimo, Enrique Bolingbroke (el futuro Enrique IV) y decidió que era importante para él contar con el apoyo de sus medio hermanos sin agobiarlos con el estigma de la bastardía.
La ilegitimidad de un hijo no sólo le privaba de la posibilidad de heredar los títulos y propiedades de su padre, sino también de obtener un trato preferencial en el caso de que optara por hacer carrera dentro de la iglesia. Para solucionar ambos obstáculos, fue necesario solicitar el reconocimiento de la legitimidad de los hijos nacidos antes del matrimonio por el derecho civil y canónico.
Juan de Gante se dirigió tanto al Papa como al Parlamento inglés para asegurar que los cuatro hijos de su unión con Katherine Swynford estaban legitimados. El reconocimiento papal se concedió en septiembre de 1396. Y el reconocimiento parlamentario en enero de 1397, cuando una ley declaró que el rey Ricardo II, en el ejercicio de su poder y con la ratificación del Parlamento, concedía que los hijos de Juan de Gante y Catalina Swynford fueran considerados legítimos. descendientes de su padre para todos los efectos. Este incluía el derecho a acceder a "todos los honores, dignidades, eminencias, propiedades, grados y cargos públicos y privados, tanto perpetuos como temporales, nobles y feudales, cualquiera que sea el nombre que se les designe, ya sean ducados, principados, condados, baronías u otros". ”.
Como hemos señalado anteriormente, en 1399 había accedido al trono el hijo mayor de Juan de Gante y Blanca de Lancaster, Enrique IV, medio hermano de los Beaufort. Cuando se planteó la cuestión de su legitimidad en 1397, parecía poco probable que los descendientes de Juan de Gante estuvieran en la línea de sucesión al trono (Juan era el tercer hijo de Eduardo III). Sin embargo, cuando Enrique IV usurpó el trono en 1399, sus medios hermanos (ya legitimados) estaban mucho más cerca en esa línea de sucesión.
En 1407, el mayor de los Beaufort, John, entonces conde de Somerset, solicitó al Parlamento que reconfirmara la legitimidad de su familia. Su solicitud fue aprobada, pero se hizo una pequeña pero muy significativa variación del texto original. Se les concedió acceso a "todos los honores y dignidades, excepto la dignidad real. , preeminencia…».
Esta adición crucial no deja dudas sobre el objetivo previsto:excluir a los Beaufort (ahora mucho más próximos en línea que en 1397) del acceso al trono. No está muy claro cuál fue el motivo que llevó a sumar esta prevención al reconocimiento de la legitimidad de los Beaufort, que siempre habían sido leales a su medio hermano Enrique IV y a su hijo, el futuro Enrique V, héroe de Agincourt. Tampoco parece probable que los Beaufort hubieran expresado ninguna ambición de suceder en el trono.
Sin embargo, el motivo de esta entrada no es discernir qué provocó su eliminación, sino si esta modificación del reconocimiento inicial de la legitimidad de los Beaufort se llevó a cabo de manera jurídicamente vinculante. Y es aquí donde Nathen Amin, autor de la obra que sirve de fuente a esta entrada, llama la atención sobre un aspecto importante:la resolución inicial de 1397 había sido aprobada por una ley ratificada por el Parlamento. Cualquier modificación de su contenido debería haber seguido el mismo procedimiento (ya sea mediante su derogación y sustitución por una nueva ley, o mediante un reglamento que modificara la anterior). Sin embargo, la adición de 1407, aunque fue sancionada por Enrique IV, no pasó por el proceso de ratificación parlamentaria.
Para Nathan Amin, este matiz significa que la exclusión de la línea sucesoria Beaufort no estaba válidamente establecida y que, por tanto, lo que debía prevalecer era la ley de 1397, que reconocía su derecho a acceder a cualquier dignidad, incluida la real. Esto haría que todos los descendientes de los Beaufort (incluido Enrique Tudor como hijo de Margaret Beaufort) tuvieran derecho al trono inglés.
Independientemente de si es correcto o no lo que Amin señaló (me ha dejado con algunas dudas, sobre todo sobre quién y cómo se promulgó el añadido de 1407), lo cierto es que las principales objeciones planteadas sobre el derecho a la corona que podría tener Enrique Tudor no proviene tanto de la exclusión de los Beaufort de la línea sucesoria, sino de otros factores.
En primer lugar, la expulsión por la violencia del anterior rey designado por el Parlamento (cuando Enrique accedió al trono tras la batalla de Bosworth y fue nombrado por el Parlamento, hizo que éste fijara la fecha de su ascenso el día antes de la batalla) . Y segundo, que Margaret Beaufort no fue ni la única ni la primera representante de la casa Lancaster (sin ir más lejos, en 1470 el último rey de la dinastía Lancaster, Enrique VI, había nombrado a Jorge de Clarence, que en 1485 tenía un hijo vivo, el conde de Warwick).
Sea como fuere, Enrique Tudor accedió al trono de Inglaterra en 1485, aunque eso no evitó que fuera sometido a diversos intentos de destronarle por parte de quienes decían tener más derecho al trono que él. … Pero esa es otra historia.