Seguridad colectiva: El concepto de seguridad colectiva gira en torno a la idea de que un ataque a un Estado miembro se considera un ataque a todos los Estados miembros, lo que desencadena una respuesta colectiva para defender al miembro atacado. Al formar alianzas y organizaciones como la OTAN, la SEATO y la OEA, las naciones pretendían aunar sus recursos y capacidades, asegurando que cualquier agresor potencial enfrentara el poder combinado de toda la alianza.
Disuasión: Otro objetivo principal de estas organizaciones era disuadir a posibles adversarios de participar en acciones agresivas o conflictos militares. La presencia de poderosas alianzas militares, como la OTAN y la SEATO, sirvió como elemento disuasivo contra una posible agresión por parte de la Unión Soviética o sus aliados. La percepción de una alianza fuerte y unida a menudo desalentó las acciones hostiles, lo que ayudó a mantener la estabilidad regional y evitó la escalada de los conflictos.
Cooperación y solidaridad regional: Más allá del aspecto de seguridad, estas organizaciones también fomentaron la cooperación regional y la solidaridad entre los estados miembros. Proporcionaron plataformas para el diálogo, la consulta y la coordinación sobre diversos temas, incluidos asuntos políticos, económicos y sociales. Al trabajar juntas, las naciones podrían abordar desafíos comunes, promover el desarrollo regional y fortalecer su poder de negociación colectiva en el escenario internacional.
En resumen, la idea principal detrás de la formación de organizaciones como la OTAN, la SEATO y la OEA fue promover la seguridad colectiva, disuadir a posibles agresores y fomentar la cooperación y la solidaridad regionales durante un período de intensa competencia geopolítica y tensiones de la Guerra Fría.