La Ley de Neutralidad tuvo un impacto significativo en la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Al prohibir la venta de armas y municiones a naciones beligerantes, la ley hizo más difícil para Estados Unidos brindar ayuda a sus aliados, particularmente a Gran Bretaña y Francia. Esto hizo más difícil para estos países luchar contra las potencias del Eje y aumentó el riesgo de su derrota.
Además, la Ley de Neutralidad hizo más difícil para Estados Unidos mantenerse al margen de la guerra. Al permitir al presidente vender armas y municiones a naciones beligerantes sobre la base de "pagar y llevar", la ley le dio al presidente el poder de elegir a qué lado apoyar en la guerra. Esto hizo más probable que Estados Unidos eventualmente entrara en la guerra del lado de Gran Bretaña y Francia.
En última instancia, la Ley de Neutralidad jugó un papel importante en la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Al hacer más difícil para Estados Unidos mantenerse al margen de la guerra, la ley ayudó a garantizar que Estados Unidos eventualmente entraría en la guerra del lado de las potencias aliadas.