El 15 de marzo del 44 a. C., un grupo de senadores, encabezados por Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, asesinaron a Julio César cuando entraba en la Casa del Senado (Curia) cerca del Foro Romano. César sufrió 23 heridas de daga mientras los conspiradores lo rodeaban para asegurar su muerte.