La economía soviética enfrentó graves desafíos durante la década de 1980. El sistema de planificación centralizada era ineficiente, lo que provocó baja productividad, escasez de bienes de consumo y un crecimiento lento. La carrera armamentista con Estados Unidos agotó aún más recursos y desvió fondos de otros sectores de la economía. La caída de los precios mundiales del petróleo a mediados de la década de 1980, que afectó gravemente a la economía dependiente del petróleo de la Unión Soviética, exacerbó los problemas económicos.
2) Estancamiento político y fracasos de liderazgo:
El liderazgo de la Unión Soviética bajo Leonid Brezhnev y Yuri Andropov en los años 1970 y principios de los 1980 se caracterizó por el estancamiento y la falta de innovación. El Partido Comunista estaba cada vez más desconectado de las necesidades y aspiraciones de la población, lo que provocó una desilusión y apatía generalizadas. La sucesión de Mikhail Gorbachev en 1985 trajo consigo algunos intentos de reforma, pero a menudo fueron demasiado pocos y demasiado tarde.
3) Glasnost y Perestroika:
Las políticas de Gorbachov de glasnost (apertura) y perestroika (reestructuración) tenían como objetivo reformar el sistema soviético, introducir mayor transparencia y rendición de cuentas y revitalizar la economía. Sin embargo, estas reformas tuvieron consecuencias no deseadas. La glasnost permitió a la gente expresar su desacuerdo y criticar al régimen, alimentando el malestar social y político. La perestroika provocó perturbaciones económicas, ya que la transición de una economía planificada a un sistema más orientado al mercado resultó difícil.
4) Nacionalismo y tensiones étnicas:
La Unión Soviética era un estado multinacional con diversos grupos étnicos. A medida que la glasnost permitió una mayor libertad de expresión, resurgieron sentimientos nacionalistas largamente reprimidos. Las tensiones étnicas aumentaron, dando lugar a conflictos y movimientos independentistas en varias regiones, incluidos los países bálticos, el Cáucaso y Asia central. Estas tensiones debilitaron aún más la autoridad del gobierno central y contribuyeron a la desintegración de la Unión.
5) Guerra Fría y Factores Internacionales:
El fin de la Guerra Fría y el colapso de la Unión Soviética estuvieron estrechamente relacionados. La carrera armamentista había cobrado un alto precio en la economía soviética, debilitando su ejército y socavando su posición global. Occidente, y en particular Estados Unidos, desempeñó un papel importante al contribuir a la caída de la Unión Soviética al brindar apoyo a las fuerzas antisoviéticas y alentar reformas políticas y económicas.