Los zares eran los gobernantes supremos de Rusia y ostentaban el poder absoluto. Eran responsables de todos los aspectos del gobierno, incluidos el ejército, la política exterior y los asuntos internos. Los zares también tenían autoridad para dictar leyes y nombrar funcionarios.
Los zares eran vistos a menudo como símbolos de autoridad y poder. A menudo eran retratados con túnicas elaboradas y rodeados de lujosos símbolos de riqueza y estatus. Los zares también tenían un fuerte significado religioso y a menudo se les asociaba con la Iglesia Ortodoxa Rusa.
La dinastía Romanov fue la última familia gobernante de los zares rusos. La dinastía Romanov gobernó Rusia durante más de 300 años, desde 1613 hasta 1917. El último zar de Rusia fue Nicolás II, que fue derrocado por los bolcheviques en la Revolución Rusa de 1917.