Aplicado en China de 1958 a 1960, el Gran Salto Adelante Fue un programa económico, social y político diseñado por Mao Zedong en un intento de alejarse del modelo soviético. Inaugurado en el VIII Congreso del Partido Comunista, celebrado del 5 al 23 de mayo de 1958, este plan amistoso de reforma y modernización social y económica del país debía permitir alcanzar más rápidamente el socialismo, por un camino adaptado a la situación y a las especificidades chinas. Inadecuado, este programa resultó ser un fiasco, y China escapó por poco de la bancarrota. El Gran Salto Adelante será un fracaso, especialmente en el ámbito agrícola, con consecuencias desastrosas para la población (varias decenas de millones de víctimas).
Antecedentes históricos del Gran Salto Adelante
China a finales de la década de 1950 era un país en pleno apogeo. La China comunista se construyó originalmente económicamente según el modelo estalinista, dando prioridad a la industria pesada. Sin embargo, a diferencia de la Unión Soviética, China en ese momento todavía estaba lejos de haber asegurado excedentes agrícolas, debido al atraso del campo chino. La división chino-soviética que comenzó en 1956 fue una oportunidad para que Mao reconsiderara esta política económica que, en cualquier caso, concedía sólo un lugar marginal al campesinado, que alguna vez fue el eje de la revolución china. /P>
A esta ruptura con el modelo soviético, se suma el ascenso al poder de una contestación al monopolio del poder del PCC, que reveló en 1957 la Campaña de Cien Flores. Mao cree que debe volver a movilizar radicalmente a la población china detrás de un objetivo ambicioso, que debería brindarle la oportunidad de aplastar toda oposición. Este "Gran Salto Adelante" será sin embargo uno de sus peores fracasos.
Un programa ambicioso
Concretamente, este programa consiste en la creación de una nueva arquitectura socioeconómica. El país se organizará en torno a "Comunas Populares", comunidades teóricamente autónomas que controlarán todos los medios de producción disponibles. Dotadas de una organización casi militar, que pone de relieve el papel de las familias y un productivismo frenético, las comunas populares deben volverse rápidamente autosuficientes.
Todos están invitados a participar en el trabajo manual, incluidos los cuadros del Partido Comunista. Todos los metales disponibles se recolectan para fundirlos y convertirlos en herramientas o armas. Se asigna a todos, incluso a los niños, una cuota diaria de animales dañinos para matar, como pájaros. Se ponen en marcha enormes obras de construcción que emplean ejércitos de trabajadores.
Esto debería permitir liberar recursos suficientes para que el Estado central establezca importantes programas de infraestructura. En la práctica, esta política resultará en una completa desorganización del funcionamiento de la industria y especialmente de la agricultura china. Las estadísticas, en gran medida manipuladas por el régimen chino, sólo ocultarán los hechos durante unos veinte años.
El gran salto hacia adelante... ¡o hacia atrás!
Este proyecto utópico, que aboga por el desarrollo colectivo en todos los ámbitos de la vida cotidiana, marca una ruptura ideológica con el modelo soviético. Algunos aspectos, como el intento de aplicar programas de salud y educación adaptados a las necesidades chinas en lugar de depender de los programas soviéticos, responden a necesidades reales. Sin embargo, en general el resultado fue un fracaso, particularmente en la agricultura, donde el mal tiempo y la negativa de Mao a reconocer los errores empeoraron las cosas y la producción se desplomó. Además, la falta de personal competente y la retirada de los técnicos soviéticos en 1960 perjudicaron a la industria.
De este modo, la producción industrial, socavada por la bajísima calidad de los productos de las Comunas Populares, terminará por colapsar, retrasando la recuperación de China. modernización durante mucho tiempo. Peor aún, se estima que las hambrunas provocadas por el Gran Salto Adelante provocaron la muerte de entre 20 y 43 millones de chinos. Mao tuvo que dejar la jefatura de Estado en 1959. Los líderes comunistas desilusionados volvieron a una política pragmática. Liu Shaoqi y Deng Xiaoping dan prioridad a la industria ligera y a la agricultura, y toleran un mercado privado y la propiedad de pequeñas parcelas de tierra. El poder reside en una élite culta.
Este fracaso catastrófico de Mao le permitirá atravesar el desierto político de media docena de años, del que sólo saldrá gracias a una iniciativa igualmente desastrosa:"La Revolución Cultural". "
Bibliografía
- La República Popular China:Historia general de China (1949 hasta la actualidad), de Gilles Guiheux. Las Bellas Cartas, 2018.
- Mao:Práctica y contradicción, de Alain Badiou. La Fábrica, 2011.