Historia antigua

La batalla del río Frigidus (394):romanos paganos contra romanos cristianos

Roma, año 392. El cargo de emperador de Occidente lo ocupa un joven de veinte años llamado Valentiniano. Unos años antes tuvo que conseguir la ayuda de su cuñado y emperador romano de Oriente, Teodosio.

Teodosio, al igual que su padre del mismo nombre, había sido un destacado general. Aquel éxito no había servido a su padre para evitar la pena de muerte y nuestro Teodosio se había retirado a sus posesiones en su Hispania natal cuando fue llamado por Graciano para ocupar el puesto de Emperador de Oriente tras la muerte de Valente en la desastrosa batalla de Adrianópolis. /P>

Valentiniano era hermano de Graciano y heredó el cargo de él tras ser asesinado tras una rebelión iniciada en Britania por un general llamado Máximo, también de origen hispano. Máximo respetó la vida del joven Valentiniano, pero pidió la ayuda de Teodosio, quien la tomó con calma pero acabó enfrentándose y derrotando a las tropas de Máximo en Aquileia. El general rebelde fue ejecutado.

Sin embargo, cuando otro general llamado Arbogasto, de origen franco y creencias paganas, se rebeló a su vez contra Valentiniano, Teodosio no llegó a tiempo para salvar la vida de su cuñado. Arbogasto fue lo suficientemente inteligente como para saber que Roma no aceptaría a un bárbaro como emperador. Tenía un profesor de retórica romana llamado Eugenio, que compartía su aversión al cristianismo, designado para el puesto.

Después de la muerte de Gala, la esposa de Teodosio y hermana de Valentiniano, al dar a luz a su hija, Teodosio decidió enfrentarse a Arbogasto y vengar a su cuñado. Por cierto, aquella hija cuyo nacimiento provocó la muerte de su madre se llamaba Gala Placidia y jugaría un papel importante en los años siguientes... pero esa es otra historia.

De regreso junto a Teodosio y Arbogasto, sus ejércitos se encontraron a orillas del río Frígido (hoy Isonzo), el 5 de septiembre de 394. Haciendo gala de su paganismo, y con el fin de que sus tropas sintieran que contaban con ayuda divina para alcanzar la victoria, Arbogasto había instalado en su campamento diversas estatuas del dios Júpiter en su tradicional representación con un rayo en la mano.

Teodosio, por su parte, no se quedó atrás. En una reunión con su personal, contó que San Juan y San Felipe se le habían aparecido en sueños, garantizándole que alcanzaría la victoria. En ese momento entró un soldado en la tienda diciendo que había tenido el mismo sueño que el emperador. Teodosio no tardó en hacer que esta "milagrosa" coincidencia se extendiera por todo su campamento y hiciera creer a sus soldados que su dios estaba de su lado. Por cierto, entre los miembros del staff de Teodosio se encontraba otro personaje que jugaría un papel muy importante en los años siguientes; un general visigodo llamado Alarico.

De esta manera, lo que era un enfrentamiento entre el ejército del Imperio Romano de Oriente y el de Occidente, se convirtió en una batalla entre los partidarios de la antigua religión pagana de Roma contra la nueva religión oficial cristiana. La batalla concluyó con la victoria de Teodosio y el suicidio de Argobasto y Eugenio. Según los historiadores cristianos, las fuerzas paganas quedaron cegadas por un viento muy fuerte que se levantó contra ellos y contribuyó a su victoria. Sea como fuere, la batalla del Río Frígido fue la última que se libró en nombre del paganismo romano contra el cristianismo.

Al año siguiente, Teodosio, gravemente enfermo, nombró a sus dos hijos Arcadio y Honorio para gobernar en Constantinopla y Roma, respectivamente.

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