Historia antigua

El buen Guzmán, de Juan Luis Pulido Begines.

El buen Guzmán, de Juan Luis Pulido Begines.

No puedo comenzar sin señalar que esta biografía ficticia de la vida de Alonso Pérez Guzmán, escrita por Juan Luis Pulido Begines y publicada en noviembre por Editorial Almuzara, era totalmente necesaria.

Guzmán el bueno.

Personaje que vivió uno de los periodos más importantes de la llamada "Reconquista" de la Península Ibérica. A finales del siglo XIII, por un lado, el Reino de Castilla, y por otro el Reino de Aragón, tras seis siglos de continuas batallas, prácticamente habían expulsado a los reinos musulmanes. Sólo concediéndose la presencia en Hispania, de una dinastía nazarí nacida ya en la propia Península. Sabiendo que el peligro real para sus dominios siempre había venido del norte de África, el control del Estrecho de Gibraltar desde la Plaza de Tarifa se volvió trascendental.

Por allí, por Tarifa, habían entrado consecutivamente a lo largo de los siglos omeyas, almorávides y almohades, y por allí estas dinastías se habían retirado al norte de África. Ahora otro intentará hacer lo mismo, los Benimerines, por lo que el control de esta plaza era trascendental para sostener la reconquista.

Una reconquista puesta en el foco historiográfico, a través de un amplio debate en torno a su propia razón de ser. A medio camino entre la religiosidad y la ambición territorial. Un tema fundamental muy presente en esta novela histórica, porque definitivamente es un tema fundamental para entender la figura de Guzmán el bueno.

Juan Luis Pulido.

El buen Guzmán, de Juan Luis Pulido Begines.

Déjame contarte un poco sobre su autor, Juan Luis Pulido es gaditano nacido en Sevilla, Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Cádiz y autor de varios libros referentes a la su profesión. Qué mejor lugar para escapar del “tedioso” Derecho, que transportarse a la historia de su tierra en aquel apasionante siglo XIII, donde ha centrado sus dos últimas narraciones históricas. Si en el primero nos pone en la piel de una familia andaluza que pierde todo lo que tenía, en el segundo nos sumerge en la vida de un hombre que no tenía nada y lo consigue todo. En definitiva, la dicotomía que preside este periodo histórico de ocho siglos de historia.

En lo que a nosotros como lectores de novelas históricas respecta, tengo que destacar una gran virtud de Juan Luis Pulido. Su narrativa es excelente y su lenguaje es necesario para transportarte a la Edad Media. Un consejo es leerlo con papel y lápiz, para anotar ciertas palabras que necesitarás saber. Porque lo que a veces puede resultar tedioso, es una interesante forma de transportarse a ese momento con el uso de palabras que, conociéndolas, sugieran el momento en cuestión.

En el mismo aspecto, otro dato a destacar es el escaso uso de diálogos. Estos normalmente cuando se lee narrativa medieval, o son muy acordes con la época, o acaban sacándote de la historia. Esto no ocurre con Juan Luis Pulido, ya que los pocos diálogos están estructurados de tal manera que te parece que estás escuchando a un personaje del siglo XIII. Un apunte para los puristas, sé que si escuchara hablar al propio Guzmán seguramente no entendería dos palabras seguidas.

La clave de la novela, los personajes.

Lo que el lector encontrará dentro de la novela de Juan Luis Pulido es un recorrido completo por la vida de Alonso Pérez Guzmán, a excepción de sus primeros años de vida ausentes de las fuentes. . De sus incursiones en territorio marroquí, que es donde hace su verdadera fortuna, conoceremos su tortuoso matrimonio de conveniencia con María Coronel, sus victorias y derrotas, o su muerte en las laderas de la montaña donde se encontraba. Castillo de Gaucín. También el episodio que le hizo pasar a la historia, la muerte de su hijo Sancho bajo las murallas de Tarifa y a manos del Infante don Juan.

Dejo para el final el gran éxito de esta novela histórica. La creación de los personajes:la de María Coronel es excepcional, mientras que con la de su hombre más fiel, "el alemán", te hace sentir su presencia como si te estuviera protegiendo. Pero nada comparable al personaje de Zag ben Yuçaf Barchilón , el esclavo judío que se convierte en el arma literaria de Juan Luis Pulido para dar credibilidad a su obra. Te lo voy a explicar.

Guzmán el bueno es un personaje que, a pesar de las distancias, se puede comparar con el “Cid Campeador”. Pero con la particularidad de que sus fuentes son más escasas y por tanto menos fiables. Ambos son dos personajes que encarnan a la perfección el espíritu de la Reconquista, mitificados por sus descendientes como valientes caballeros medievales al servicio de la cristiandad y de la reconquista, en este caso castellana. Pero ambos con un lado oscuro y de ambición excesiva. Si conocemos muchos pasajes de la historia del Cid, Guzmán sólo habla de su gran hazaña de arrojar un cuchillo al traidor Infante de Juan, para que matara a su hijo, con el fin de salvar la reconquista y el reino. de Castilla. Pero es cierto que esta hazaña contiene en sí misma toda la idiosincrasia de la Reconquista.

El buen Guzmán, de Juan Luis Pulido Begines.

Guzmán el bueno tirando el puñal, obra de Martínez Cubells.

En este punto entra en juego el esclavo judío Yuçaf, quien desde el principio proclama que sólo su palabra sabe la verdad sobre su amo Guzmán. Juan Luis Pulido siempre lo coloca a su lado, excepto cuando el algo “tonto” señor Guzmán hace que su amor se escape. En el momento clave de la historia no se separa en un instante de su dueño; “para que nadie me discuta lo que pasó allí ”. Con esta memorable frase comienza a narrar los hechos ocurridos en las interminables horas previas al fatal desenlace. Momento crucial donde Juan Pulido, a través del judío, nos habla de la fina línea que separa el honor, la fidelidad, la ambición y el orgullo.

El buen Guzmán, de Juan Luis Pulido Begines.

Cómprele a Guzmán lo bueno.