Historia antigua

Texto de la Edad Media

Introducción

Término utilizado para referirse a un período de la historia europea, desde la desintegración del Imperio Romano Occidental en el siglo V hasta el siglo XV.

A finales del siglo V, el fin de una serie de procesos de larga duración, entre ellos los graves desplazamientos económicos y las invasiones y asentamientos de los pueblos germanos en el Imperio Romano, transformaron la faz de Europa.

Durante este período no existió realmente un mecanismo de gobierno unitario en las diversas entidades políticas, aunque sí se produjo la formación de reinos. El desarrollo político y económico fue fundamentalmente local y el comercio regular desapareció casi por completo. Con el fin de un proceso iniciado durante el Imperio Romano, los campesinos iniciaron su proceso de vinculación con la tierra y dependencia de los grandes terratenientes para su protección. Esta situación constituyó el germen del régimen señorial. Los principales vínculos entre la aristocracia guerrera eran los de parentesco, aunque también empezaron a surgir relaciones feudales.

Durante la Edad Media europea, los campesinos debían vivir y trabajar en un solo lugar al servicio de los nobles terratenientes. Estos trabajadores llamados siervos que cuidaban las tierras de su dueño, a quien llamaban señor, recibían a cambio una humilde vivienda, un pequeño terreno adyacente, algunos animales de granja y protección de forajidos y otros señores. Los siervos debían entregar parte de su propia cosecha como pago y estaban sujetos a muchas otras obligaciones e impuestos.

La única institución europea con carácter universal era la Iglesia, pero dentro de ella también había una fragmentación de la autoridad. En su núcleo había tendencias que querían unificar los rituales, el calendario y las reglas monásticas, en lugar de la desintegración local.

Fue en respuesta al "Dios lo quiere" que la multitud reunida en Clermont el 27 de noviembre de 1095 acogió con agrado el sermón del Papa Urbano II a favor de la guerra santa destinada a liberar la tumba de Cristo del control de los "infieles". La repercusión de este llamamiento fue tal que las Cruzadas, que constituyeron el acontecimiento político y religioso más importante de la Edad Media, marcaron la historia de Occidente durante dos siglos.

La actividad cultural durante la Alta Edad Media consistió principalmente en conservar y sistematizar conocimientos del pasado.

Esta primera etapa de la Edad Media finalizó en el siglo X con la segunda migración germánica y las invasiones llevadas a cabo por los vikingos, procedentes del norte, y por los magiares de las estepas asiáticas.

La Alta Edad Media

Hasta mediados del siglo XI, Europa se encontraba en un período de evolución desconocido hasta ese momento. La época de las grandes invasiones había llegado a su fin y el continente europeo experimentaba el crecimiento dinámico de una población ya asentada. Renaceron la vida urbana y el comercio regular a gran escala. Se produjo el desarrollo de una sociedad y una cultura complejas, dinámicas e innovadoras.

Durante la Alta Edad Media, la Iglesia Católica, organizada en torno a una jerarquía estructurada, con el Papa como vértice indiscutible, constituyó la institución de gobierno más sofisticada de Europa occidental. Las órdenes monásticas crecieron y prosperaron gracias a su participación activa en la vida secular. La espiritualidad de la Alta Edad Media adoptó un carácter individual, a través del cual el creyente se identificaba subjetiva y emocionalmente con el sufrimiento humano de Cristo.

Dentro de la esfera cultural, hubo un resurgimiento intelectual con el desarrollo de nuevas instituciones educativas como las escuelas catedralicias y monásticas. Se fundaron las primeras universidades; Surgieron ofertas de pregrado en medicina, derecho y teología, y se allanó el camino para una edad de oro de la filosofía en Occidente.

También surgieron innovaciones en el campo de las artes. La escritura dejó de ser actividad exclusiva del clero y el resultado fue el florecimiento de una nueva literatura, tanto en latín como, por primera vez, en lenguas vernáculas. Estos nuevos textos estaban destinados a un público alfabetizado que tenía educación y tiempo libre para leer. En el campo de la pintura se prestó una atención sin precedentes a la representación de las emociones extremas, la vida cotidiana y el mundo de la naturaleza. En arquitectura, el románico alcanzó su perfección con la construcción de innumerables catedrales a lo largo de las rutas de peregrinación del sur de Francia y España, especialmente en el Camino de Santiago, de predominio artístico.

El siglo XIII fue el siglo de las Cruzadas, defendidas por el Papado para liberar los Lugares Santos de Oriente Medio de manos musulmanas. Estas expediciones internacionales fueron otro ejemplo más de unidad europea centrada en la Iglesia, aunque también estuvieron influenciadas por el interés en dominar las rutas comerciales orientales.

La Baja Edad Media

La Baja Edad Media estuvo marcada por los conflictos y la disolución de la unidad institucional. Fue entonces cuando comenzó a surgir el Estado moderno y la lucha por la hegemonía entre la Iglesia y el Estado se convirtió en una característica permanente de la historia europea en los siglos posteriores.

La espiritualidad de la Baja Edad Media fue el auténtico indicador de la agitación social y cultural de la época, caracterizada por una intensa búsqueda de una experiencia directa con Dios, a través del éxtasis personal o mediante un examen personal de la palabra de Dios en la Biblia.

La situación de agitación e innovación espiritual culminaría con la Reforma Protestante. Las nuevas identidades políticas conducirían al triunfo del Estado nacional moderno, y la continua expansión económica y mercantil sentó las bases para la transformación revolucionaria de la economía europea.

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