Historia antigua

Evolución de las vías romanas

Evolución de las vías romanas

La construcción de una calzada romana no termina al final de la propia obra. Un conjunto de instalaciones permitirán a los viajeros desplazarse en las mejores condiciones posibles.
Hitos

A intervalos muy regulares, para orientarse en el espacio, los ingenieros romanos erigieron hitos a lo largo del borde de las viae publicae y las vecinas. Son columnas cilíndricas de 2 a 4 m de altura y de 50 a 80 cm de diámetro, con base cúbica, todas ellas plantadas en el suelo a unos 80 cm. Los hitos no se colocaron, como los actuales hitos kilométricos, cada milla. Más bien corresponden a señales colocadas periódicamente en las carreteras para indicar la distancia hasta la siguiente etapa. Sobre cada miliario, en altura (están montados los usuarios de los miliarios:jinetes, cocheros...), hay varias inscripciones:el nombre del emperador que ordenó la construcción o la reparación del camino, su titulatura (sus títulos) , el origen del hito (si se colocó allí después de las obras o tras una reparación) y las distancias entre el lugar donde se encuentren y las ciudades, cruces viales importantes o fronteras. Estas distancias se expresan en millas. La milla romana, (milia passuum) correspondía a 1.000 pasos (en realidad, pasos dobles) de 1,48 m, o 1.480 km.

Ciertas rutas han sido delimitadas en diferentes momentos (la vía Domitia por ejemplo), con un sistema de medición diferente. Por lo tanto, encontramos en algunos lugares series de varios hitos.


Publicación anterior
Publicación siguiente