Historia antigua

mercantilismo holandés

El mercantilismo holandés unió el comercio marítimo y las actividades industriales fomentadas por bancos, como el Banco de Amsterdam. mercantilismo holandés

Por mí. Cláudio Fernandes

El mercantilismo asumió diferentes facetas dentro del sistema colonial europeo. La matriz colonialista ibérica, formada por Portugal y España, divergió en varios puntos de la matriz de los países del norte, como Inglaterra y Países Bajos. En cuanto al modelo holandés del mercantilismo, podemos destacar una característica fundamental:la mezcla de actividades industrial ecomercial.

Estas dos actividades se articularon, en los Países Bajos, mediante la creación e interrelación de tres esferas:las flotas marítimas mercantiles, la Compañía de las Indias Orientales y los bancos. La burguesía holandesa era, al mismo tiempo, mercantil y bancaria. El banco de Ámsterdam se encargó de emitir monedas de crédito, que alimentaron la actividad comercial y permitieron su expansión.

La creación de la Compañía de las Indias Orientales, en 1602, tenía como objetivo gestionar lo producido, así como controlar la emisión de metales preciosos y la explotación de los recursos naturales de las colonias. . Esta organización se convirtió en una de las más poderosas de la época colonial y permitió a Holanda expandir sus negocios a varias regiones del mundo, incluido Brasil, en la región Noreste.

Además del intenso comercio que llevaban a cabo los holandeses, su industria también era enorme. Hubo producción en el sector lácteo, textil, tejido de seda, procesamiento de diamantes, producción de cerveza y licores, refinación de sal y azúcar, tabaco, cacao, instrumentos de navegación, entre otros.

Para garantizar todo movimiento económico entre las colonias y el centro comercial holandés, era necesario que las flotas marítimas establecieran un dominio efectivo. Por eso, las flotas holandesas se volvieron muy poderosas y con dominio de varios puntos de los océanos Atlántico e Índico. El poderío de la marina holandesa exigió de otra potencia mercantil y marítima de la época, Inglaterra, una reacción que tendría consecuencias decisivas para el escenario económico moderno. Las Leyes de Navegación, promulgadas por Oliver Cromwell en 1651, llevaron a Inglaterra a mejorar su marina, a enfrentarse directamente a Holanda y a luchar por el dominio del comercio marítimo.


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