Revolución puritana
La revolución puritana tuvo lugar en Inglaterra en el siglo XVII durante la Guerra Civil (1640-1648) donde se enfrentaron el rey y el parlamento. El conflicto comenzó cuando el parlamento impuso al rey Carlos I la petición de derechos donde decía que los problemas con impuestos, arrestos, juicios y citaciones militares sólo serían posibles con la autorización del parlamento. El rey aceptó la imposición, pero no la cumplió. Después de una reunión en la que el parlamento criticó las actitudes del rey, el rey disolvió el parlamento y gobernó sin él durante once años. Las actitudes del rey comenzaron a formar revueltas que comenzaron sus protestas en Escocia cuando el rey impuso el anglicanismo a presbiterianos y puritanos.
La crisis financiera por impago de impuestos en 1640, hizo que el rey convocara nuevamente al parlamento, pero un mes después fue disuelto nuevamente por no aceptar aumentar los impuestos como era la voluntad del rey. En 1641, el parlamento se dividió entre los líderes radicales y la aristocracia junto con los capitalistas burgueses.
En 1642, el rey intentó recuperar su poder contra medidas parlamentarias y esto condujo a la Guerra Civil en 1642.
El parlamento que tenía como aliados a los presbiterianos y los puritanos derrotó al rey Carlos I, que tenía a los anglicanos y católicos como aliados. El parlamento logró derrotar al rey con el ejército de Oliver Cromwell.
A Cromwell se le dio el mando del ejército y lo hizo más eficiente. Los cargos oficiales se volvieron entonces meritorios y el pueblo participó así en la revolución. La burguesía empezó a temer al rey al ver que el pueblo influía en los acontecimientos ocurridos. El ejército de Cromwell estaba influenciado por ideas democráticas que favorecían a los proletarios urbanos y rurales que no tenían tierras.
En 1649, fueron diezmados por el ejército de Cromwell cuando se apoderaron de la tierra y comenzaron a excavarla para demostrar que le pertenecían. Surgieron otros movimientos, pero todos fueron reprimidos por Cromwell quien, muy disciplinado, se convirtió en una poderosa fuerza política. Luego, Cromwell ocupó ciudades, ayudó a escapar de los parlamentarios y tomó el control de la situación decapitando al rey. La guerra civil terminó en 1649 con el establecimiento de la República.
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