Historia antigua

Sudáfrica dividida

Debido a sus riquezas como el oro y los diamantes, Sudáfrica fue el destino de innumerables colonos europeos, como los británicos y los holandeses. Los descendientes de estos pueblos, apoyados en la idea poco realista de la superioridad del hombre blanco, crearon en el siglo XX una política de discriminación racial llamada Apartheid, que significa separación.

En 1948 se oficializó el apartheid en Sudáfrica. Se crearon leyes que discriminaban a los negros en los lugares de trabajo, escuelas, iglesias, deportes y transporte público. A pesar de constituir una población cuatro veces mayor que la población blanca, a los negros se les prohibió poseer tierras en el 87% del territorio sudafricano. A través de las ganancias mineras, la élite blanca logró armar a las fuerzas policiales que aseguraban el mantenimiento del apartheid.

A partir de entonces, los negros, que constituían la mayoría de los trabajadores sudafricanos, reaccionaron ante la explotación económica y el racismo, realizando diversas manifestaciones contra el régimen.

El ANC (Congreso Nacional Africano), que representa a los negros, comenzó a intensificar las protestas. La lucha contra el apartheid ganó intensidad y protagonismo internacional tras la masacre en el barrio negro de Soweto. Con la inestabilidad civil y económica, el gobierno sudafricano cedió en algunos puntos. Permitió a los negros el acceso al transporte público y a los centros de ocio, acabó con las leyes que privilegiaban a los blancos en la posesión de tierras.

El fin del apartheid se produjo en 1990 por Frederik de Klerk, y en 1994 Nelson Mandela, una figura importante de la oposición al apartheid, líder de los negros y del ANC, fue elegido presidente de la República Sudafricana mediante elecciones libres.