Brasil tuvo una modesta participación en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ya que no contaba con grandes recursos militares. Por ello, el país se limitó a prestar apoyo puntual, en colaboración con los combates aéreos y marítimos, así como a ayudar a los heridos en los campos de batalla. Para comprender las razones que llevaron a Brasil a entrar en el “Grande Guerra ”, es necesario que conozcamos un poco el contexto diplomático de la época.
Cambio del eje diplomático brasileño
Durante toda la fase imperial e incluso antes de 1822, cuando Brasil formaba parte del Reino Unido de Portugal y los Algarves, Brasil estaba vinculado diplomáticamente con Inglaterra, de modo que su tránsito político-económico se produjo más en la relación transatlántica que con el continente americano. El advenimiento de la República , en 1889, cambió esta situación, cuando Brasil desplazó su eje diplomático de Londres a Washington, adhiriéndose así a la perspectiva de la Doctrina Monroe, defendida por Estados Unidos.
26 de octubre:Declaración de Guerra
El 3 de abril de 1917, un barco mercante estadounidense fue torpedeado por submarinos alemanes y, ese mismo día, un barco brasileño también fue torpedeado en el Canal de la Mancha. Esto provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas de los dos países con el Imperio Alemán. Poco después, Estados Unidos entró en guerra contra la alianza austro-alemana. Luego de que otros barcos brasileños fueran nuevamente torpedeados, frente a las costas del mar Mediterráneo, el entonces presidente Venceslau Brás firmó –previa aprobación del Congreso– la declaración de guerra contra el Triplice. Alianza el 26 de octubre de 1917 .
Con la formalización de la declaración de guerra, la primera medida que tomó el gobierno brasileño fue contener un eventual levantamiento de inmigrantes y descendientes de inmigrantes alemanes en el territorio nacional. El 16 de noviembre se aprobó en el Congreso una ley que prohibía, según el historiador Olivier Compagnon:
[…] a los alemanes establecidos en el país cualquier relación comercial y financiera con el extranjero, pone fin a los contratos públicos que involucran a proveedores alemanes y prohíbe a los alemanes obtener concesiones de tierras. Los bancos y compañías de seguros alemanes están sujetos a un control excepcional. [1]
Meses después se tomaron las medidas de guerra adecuadas.
Participación ocasional en la guerra
Brasil envió a la guerra una división de siete barcos de combate. Entre ellos se encontraban los cruceros Bahia y Río Grande del Sur y los destructores Piauí , Río Grande del Norte , Paraíba y Santa Catarina . Esta división, según el historiador Luís de Alencar Araripe, el 7 de mayo de 1918:
[…] zarpó hacia Gibraltar, donde se uniría a la flota británica para participar en la guerra antisubmarina. La División de Operaciones de Guerra, compuesta por dos cruceros y cinco destructores, un buque auxiliar y un remolcador, al mando del Contralmirante Pedro Max Fernando de Frontín. La División no llegó a Gibraltar hasta noviembre de 1918, retenida en la costa africana por la terrible pandemia de la gripe española. [2]
Además de esta división marítima, la otra contribución puntual de Brasil a la guerra se produjo en el combate aéreo, en auxilio de los aviones de combate británicos y de los heridos en combate. Como señala, nuevamente, el historiador Alencar Araripe:
Aviadores brasileños lucharon junto a pilotos británicos y franceses. Los oficiales del ejército sirvieron en el frente occidental en unidades del ejército francés. Uno de ellos, el teniente José Pessoa Cavalcanti de Albuquerque, siendo general, fue el gran reformador de la Escuela Militar de Realengo, creador de la mística del cadete de Caxias. Ochenta y seis médicos, entre ellos diecisiete profesores de Medicina, casi todos civiles, de nombramiento oficial, integraron la Misión Médica que salió de Brasil el 18 de agosto de 1918 y que hasta el final de la guerra trabajaron en el hospital Franco-Brasileiro, mantenido por brasileños residentes en París. [3]
Los brasileños permanecieron en Europa hasta los primeros meses de 1919. El 25 de junio de ese mismo año se disolvió la División de Operaciones de Guerra Naval.
NOTAS
[1] COMPAÑÓN, Olivier. Adiós a Europa:América Latina y la Gran Guerra. trans. Carlos Nougué. Río de Janeiro:Rocco, 2014. p. 146.
[2] ARARIPE, Luis de Alencar. "Primera Guerra Mundial". En:MAGNOLI, Demetrio. Historia de las Guerras . São Paulo:Contexto, 2013. p. 342-343.
[3] Ibídem . Pág. 343.
A mi lado. Claudio Fernández