La Guerra del Paraguay , que duró de 1864 a 1870, fue una de las guerras más grandes del siglo XIX y la más grande de la historia de América del Sur. La guerra tuvo lugar entre Paraguay, gobernado por Solano López, y la llamada Triple Alianza:Brasil, Uruguay y Argentina. Durante mucho tiempo, una matriz historiográfica interpretó la Guerra del Paraguay como una campaña emprendida principalmente por Brasil y Argentina –financiada por Inglaterra– contra Paraguay. La justificación fue que este último país amenazaba los intereses económicos británicos en América del Sur.
Desde hace algunos años, historiadores como Francisco Doratioto vienen demostrando que esta versión de la historia de la guerra es, además de ideológicamente parcial, falsa. Paraguay no era un país con fortaleza industrial ni representaba una amenaza para los deseos económicos británicos. El estallido de la guerra, en gran parte, se debió a las pretensiones expansionistas de Solano López. Lo cierto es que, para el enriquecimiento de las investigaciones e interpretaciones de este evento de suma importancia para la historia de los países que estuvieron involucrados en él, son sumamente valiosas cualesquiera fuentes que se relacionen con él.
Este es el caso, por ejemplo, de la correspondencia del presidente paraguayo Solano López los cuales se encuentran bajo el resguardo del Museo Imperial Brasileño, cuya sede está en Petrópolis, Río de Janeiro. Las cartas de López datan de los momentos más críticos de la Guerra del Paraguay y abordan los más diversos problemas de los que debe estar consciente un comandante general de las fuerzas armadas. En ellos, López interroga a sus oficiales sobre las noticias que recibe sobre el movimiento de tropas enemigas, la indisciplina de sus soldados, así como el mérito de los demás. La edición de la Revista de Historia de la Biblioteca Nacional , de octubre de 2013 (Año 9. nº 97), dedicó un informe, firmado por Alice Melo, a este tema y en él expuso algunas de las más breves cartas escritas por Solano López. Dos de ellos, que reproducimos a continuación, están dirigidos al comandante del ejército paraguayo, Bernal.
De Solano López al comandante Bernal, 19 de enero de 1869:
“Me han informado sobre el Alférez Ortiz y su persecución de los bandidos de Vanegas, esperando que pronto caigan en mis manos. Se necesita mucha vigilancia en las taperas, porque Cerro León acaba de alertar que el soldado Eucenio Riveros había encontrado esta mañana a dos negros en una casa y, con mano de motociclista, mató al primero y con su arma al segundo. . Es una conducta hermosa digna de imitar por todos”.
De Solano López al mismo comandante, Bernal, 5 de febrero de 1869:
“Leí anoche su despacho sobre la embriaguez de los oficiales que permitió tomar por sorpresa al enemigo, circunstancia muy deplorable, pero que encuentro agradable para el esfuerzo y celo con que usted .[señoría] procedió a investigar y aclarar algo tan oscuro. Bien hiciste en reprender a estos oficiales y repetir lo mismo de mi orden a Machuca, teniendo al segundo teniente Ramón Gonzales y te revelará a los oficiales y tropas que él dirige. Ve con el alférez Extigannibia, a quien ordenarás que sirva con el teniente Machuca.”
Se puede ver que las preocupaciones del presidente abarcaban muchas cuestiones diferentes en el contexto de la guerra. Este tipo de cartas son fundamentales para futuros estudios sobre la Guerra del Paraguay. Se espera que, en el futuro, historiadores de los países involucrados en el conflicto (como el brasileño F. Doratioto), así como de otras nacionalidades, puedan estudiar este material y, en consecuencia, aportar nuevos enfoques a este acontecimiento.
A mi lado. Claudio Fernández