Historia antigua

Ruta de las ermitas de Tebaida en la montaña de Montserrat

Ruta de las ermitas de Tebaida en la montaña de Montserrat

Muy cerca de Barcelona y en un entorno único, encontramos el “Parque Natural de la Montanya de Montserrat”. En la que se pueden realizar múltiples excursiones, definitivamente me quedaré con esta, que une la belleza del paisaje y te acerca a la historia de los monjes que lo habitaron desde el siglo XI.

Ruta de las ermitas de Tebaida en la montaña de Montserrat

En la explanada del Monasterio de Montserrat

Las ermitas de Tebaida se encuentran distribuidas por la comarca del mismo nombre, esta información es para distinguirlas del resto del Parque Natural. Pero estos son los que personalmente me llamaron la atención y tengo que reconocer que al principio lo que más me llamó la atención fue su nombre. Por qué esta zona se llama igual que una región del antiguo Egipto es algo que sigue sin resolverse, pero puedo hacerme una idea.

Breve historia de las ermitas.

Para entender su misión, debemos acudir a su construcción a través de los monjes del monasterio de Montserrat. Esta desde su fundación pertenece a la Orden Benedictina, la más antigua de Europa, y fundada en el siglo VI por San Benito de Nursia. Donde su principal regla radica en la necesidad de dedicarse a la contemplación.

¿Qué es la contemplación?

Para intentar explicar este tema debemos ponernos en situación. El mundo medieval temprano es muy sagrado, concretamente en la Europa occidental por el cristianismo. La visión que estas personas tenían de la vida era muy diferente a la que podemos tener hoy en día. Para ellos el paso por la vida era más un castigo que un disfrute, y la vida eterna era su obsesión. Más aún en el caso concreto que nos ocupa, los monjes educados en los conventos benedictinos a través de estudios escolásticos. Que si bien precisamente en la Alta Edad Media eran el pueblo más educado, también eran los más predispuestos a emprender estos caminos.

Ruta de las ermitas de Tebaida en la montaña de Montserrat

Interior de la ermita de Sant Salvador, un lugar de contemplación

La contemplación consiste en una serie de rituales para acercarse al perdón eterno, orar, estudiar, leer, etc. Todo valía la pena para estar más cerca de Dios. En este contexto, los monjes benedictinos del Monasterio de Montserrat se dirigen a las montañas cercanas al monasterio. El propósito es claro, acercarse lo más posible a su Salvador.

Ermitas a través del tiempo.

Así es como desde la fundación del monasterio en el siglo XI, estos monjes comienzan a construir estas ermitas en el entorno del monasterio de Montserrat. A lo largo de la Edad Media y la última Edad Moderna, por tanto durante varios siglos, estas montañas estuvieron repletas de estas pequeñas ermitas.

Lamentablemente los actuales ya no son los mismos que construyeron los primeros monjes ermitaños. Este hecho fue encargado por el ejército francés de Napoleón a principios del siglo XIX. Durante la guerra francesa destruyeron todo lo que encontraron a su paso, las ermitas de Tebaida, e incluso el Monasterio Benedictino de Montserrat.

Ruta de las ermitas de Tebaida en la montaña de Montserrat

Paso actual de los franceses y acceso a las ermitas de Tebaida.

Así que las actuales son reconstrucciones posteriores, en los sitios originales. A pesar de todo han cumplido el mismo fin con el que fueron construidas, es más, al final de la visita que aquí les presento podréis ver algunas que hoy en día están siendo reconstruidas. Por ello, los monjes ermitaños han resistido a través del tiempo y los avatares de la historia.

Ruta a pie por las ermitas de Tebaida.

La ruta comienza al final de la explanada del monasterio de Montserrat. Para llegar puedes hacerlo en coche particular. Hay que tener en cuenta, aparcar unos metros antes de llegar y el coste del aparcamiento es de 6,50€ para vehículos privados (es un precio diario). Si quieres ahorrar dinero tendrás que madrugar, tener un poco de suerte y encontrar aparcamiento antes de llegar a la barrera.

La otra forma es en transporte público, desde Barcelona un tren (R5), con una frecuencia de una hora, conecta Plaza España con Monistrol de Montserrat. Este es el punto de partida del cremallera o teleférico que sube hasta dicha explanada. Los precios varían según la temporada y la edad de las personas. Encontrarás toda la información en la siguiente web:Cremallera de Montserrat.

Consejos para la ruta.

Lo más importante a tener en cuenta es que es una ruta de montaña. A pesar de no ser una montaña alta, no debemos confiarnos y tomar todas las precauciones habituales. Un buen calzado, ropa cómoda y mucha agua si es verano son imprescindibles. Aunque personalmente no recomiendo hacerlo en días de mucho calor. Una vez con todo esto, es imprescindible cargar la mochila con un bocadillo, para disfrutar del desayuno con las maravillosas vistas que tenían estos monjes.

Con todo preparado, debemos prepararnos para caminar entre 2 y 3 horas, dependiendo de nuestra condición física y de las paradas necesarias. Es importante destacar que a pesar de ser un camino algo accidentado, es apto para cualquier persona que esté mínimamente acostumbrada a caminar.

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Subir a Montserrat en invierno es espectacular

Si tengo que aconsejar la mejor época para hacerlo sería en primavera o en pleno invierno. Los días anticiclónicos del invierno son espectaculares en la montaña de Montserrat, ya que es habitual ver los valles cercanos llenos de nubes, mientras que arriba de la montaña se puede disfrutar de una temperatura agradable.

Ermita de Santa Ana.

Desde el final de la explanada junto a la estatua del fundador del monasterio, Abad Oliva, sale el sendero GR 172 (marcas rojas y blancas). Seguiremos este por unas largas escaleras, que atraviesan el llamado paso francés, hasta llegar a la Plaza Santa Ana. Es sin duda el tramo más pesado del recorrido, ya que en un tramo corto superamos los 200 metros de desnivel.

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Restos de la ermita de Santa Ana

Junto a esta plaza encontramos la primera de estas ermitas, o lo que queda de ella. La ermita de Santa Ana en su época fue la más importante de todas. Esto se debió a su proximidad al monasterio principal y a su posición central respecto a la comunidad de ermitas. También servía de lugar de reunión para todos los monjes ermitaños, que acudían a él los domingos para rezar. Para ello disponía de la única iglesia, además del monasterio principal, con un ábside donde se colocaban los monjes para cantar. De alguna manera se convirtió en el centro de la vida social de estos monjes, era el único lugar donde se reunían con el resto de la comunidad.

Ermita de Sant Benet.

Después de visitar la ermita de Santa Ana, debemos retroceder unos metros para volver al camino GR 172, desde el que continuaremos en dirección a la ermita de Sant Benet. , perfectamente señalizado. Para llegar a él debemos girar a la izquierda a unos 300 metros, tomando el PR C-19 (marcas amarillas y blancas), ya con la vista unos metros más arriba.

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Refugio actual de Sant Benet

Hoy en día esta ermita es la mejor reconstruida de todas, además de las más recientes. El motivo es que sirve de refugio de montaña a los miles de escaladores que llegan de todas partes. Por tanto, el exterior puede recordarnos a cualquiera de ellos, aunque evidentemente el interior está condicionado para la nueva tarea.

Ermita de Sant Salvador.

El más alto del recorrido, ya que supera los 1.000 metros sobre el nivel del mar. También es el único en el que podemos sentir algo parecido a lo que sintieron estos monjes. Su ubicación hoy alejada de las principales rutas de senderismo de la montaña de Montserrat, lo permiten. Además, esta situación puede ser la razón de que se haya conservado la última reconstrucción, posiblemente del siglo XIX. En él podremos incluso pasar la noche como lo hacían los monjes ermitaños, ya que en su interior se refleja perfectamente la austeridad promulgada por los monjes benedictinos.

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Reconstrucción del siglo XIX

Para acceder debemos regresar al PR C-19, que luego de seguirlo durante unos 100 metros encontraremos un cartel amarillo pintado sobre una piedra. Esta señal nos desvía hacia la izquierda hacia una subida pronunciada, pero corta, ya que en menos de 10 minutos llegaremos a una especie de explanada.

A la izquierda de dicha explanada encontraremos la antigua iglesia destruida. Mientras que a la derecha la ermita de construcción más reciente. Precisamente este es en el que podrás entrar e imaginar el modo de vida ermitaño. Antes de seguir el camino es imprescindible tener buena cuenta del bocadillo con estas espectaculares vistas.

Ermita de la Trinidad.

Luego hay que bajar por el mismo camino hasta llegar nuevamente al PR C-19. Una vez allí giramos a la izquierda para seguir el camino por el que venimos anteriormente. En unos minutos encontraremos la ermita de la trinitat. Su destrucción corrió de mano del ejército francés, al igual que el resto de ermitas. Pero otro hecho propiciará su abandono definitivo, ya que en plena reconstrucción, el monje encargado de la misma fue asesinado por unos bandoleros, hecho que pondrá fin a la historia de la ermita.

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reconstrucción de la ermita de Santa Trinitat

Varios muros de la ermita de la Trinitat permanecen en pie y es uno de los que mejor podemos observar las dimensiones que tenían. Por cierto, era el más grande de todos, a pesar de no ser un punto central, era punto de paso de romerías. Este último será uno de sus elementos más importantes, ya que servía como punto de acogida de peregrinos y personas necesitadas.

Ermitas de la Santa Creu y Sant Dimes.

Siguiendo el camino por el que venimos llegamos al cruce del PR C-19 con el GR 172. En ese punto aparece un cartel, justo detrás nos lleva un camino. hasta el último tramo del recorrido. Aunque el descenso es uno de los más complicados, es interesante llegar al final.

Al final del camino podemos ver las dos últimas ermitas de la ruta. Aunque no podemos entrar en ninguno de ellos, al estar ambos habitados, es uno de los puntos curiosos de la visita.

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La ermita de Sant Dimas

Uno de ellos por su espectacular ubicación, la ermita de Sant Dimes. Desde el que se puede observar un desnivel de más de 200 metros hasta el monasterio benedictino de Montserrat. Esta ermita fue construida sobre un antiguo castillo altomedieval. Para posteriormente ser destruida como todas, y reconstruida a partir de los años 70 del siglo XX. Aunque lo mejor está en dicha reconstrucción por ser una de las más fiables de toda la montaña.

La otra está actualmente en remodelación, la ermita de la Santa Creu. Un cartel en la misma puerta, y la visión de las herramientas de la obra, indican esta reconstrucción. Es el mejor detalle de que el modo de vida ermitaño continúa hoy en día, aunque me temo que no con los mismos avatares de la Edad Media o Moderna.

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La vista del monasterio de Montserrat desde la entrada a la ermita de la Santa Creu

Desde esta última ermita se accede al monasterio por una espectacular escalera, pero es de uso privado. Por tanto, para concluir la excursión debemos desandar el camino, inicialmente hasta el último cartel indicador, desde donde y por el GR 172 llegamos a la explanada de inicio en unos 40 minutos.

Hasta aquí esta ruta de las ermitas de Tebaida, tras visitarlas es más fácil imaginar el movimiento de monjes, ermitaños o peregrinos por estas montañas durante los últimos diez siglos de historia. .