Se sabe que la Primera Guerra Mundial ( 1914-1918) Fue uno de los eventos más emblemáticos de toda la historia de la humanidad y tuvo un inmenso impacto en todo el mundo a principios del siglo XX. El uso de armamento pesado, tanto por tierra como por aire y mar, produjo millones de muertes y arrasó ciudades enteras. Las armas químicas como el gas mostaza (iperita) convertían a los hombres en monstruos deformes, llevándolos a una muerte terrible por asfixia y rotura de vasos sanguíneos. Sin embargo, en medio de la recopilación de hechos terribles que nos impone la Primera Guerra, hay uno que resulta bastante singular, pues se distingue de los demás. Y destaca por presentar gestos de solidaridad y fraternidad entre soldados de las tropas enemigas. Esta es una tregua navideña , que tuvo lugar el día de Navidad de 1914.
Esta tregua navideña de 1914 tuvo lugar en las cercanías de la ciudad de Yprès, Bélgica. El Imperio Alemán se había enfrentado durante meses con los franceses y los ingleses en Yprès. A medida que el año llegaba a su fin, el invierno descendió sobre las trincheras y todos los ejércitos permanecieron retirados. Las líneas enemigas estaban muy juntas, por lo que cada tropa podía ver a sus enemigos y apuntarles si abandonaban sus trincheras. Sucede que, el día de Navidad de ese año, algunos soldados comenzaron a mostrarse relajados y festivos, dentro de sus trincheras. No parecía importarles la guerra ni el invierno.
Otros, extrañamente, comenzaron a caminar, desarmados, por la zona conocida como “tierra de nadie”, es decir, el espacio entre una trinchera y otra. Caminaron hasta la trinchera enemiga sin que sus verdugos se les acercaran ni los mataran, deseándoles “Feliz Navidad” y luego ofreciéndoles bebida, comida o cigarros. Sobre esta tregua navideña hay muchos informes, tanto de suelas planas como de oficiales de alto rango, que provienen exclusivamente de ellos. Es decir, no fue resultado de una sanción por parte de los altos mandos de guerra de sus países. Uno de estos informes se muestra a continuación:
“A las 8:30, vi a cuatro alemanes desarmados salir de su trinchera y dirigirse a la nuestra. Envié a dos de mis hombres a su encuentro, también desarmados, con órdenes de que no pasaran más de la mitad del camino entre las trincheras, que entonces estaban separadas entre 350 y 400 metros en ese punto. Había tres soldados y una camilla y su portavoz dijo que quería desearnos una feliz Navidad y esperaba que mantuviéramos tácitamente una tregua. Dijo que había vivido en Suffolk, donde tenía novia y una motocicleta. [1]
Este relato fue escrito por el Capitán Sir Edward Husle del Ejército Real Británico. La sorpresa del oficial al ver acercarse a los soldados con propósitos festivos deja claro el carácter insólito de este acontecimiento histórico. Pero a pesar de las buenas intenciones de los implicados en esta tregua, no sólo se reanudó la guerra en Yprès, sino que los oficiales implicados en la tregua fueron duramente castigados por sus superiores.
NOTAS
[1] THEODORO, Reinaldo V. La tregua de Navidad . En:Clube SOMNIUM, 2004. p.4.
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