Alentados por estas victorias, los romanos decidieron llevar la guerra a África en -256. Dirigidas por Régulo, las tropas desembarcadas en África fueron aplastadas por los cartagineses, lideradas por el general espartano Xantipa, en -255 en la batalla de Útica, y la flota romana fue destruida ese mismo año por una tormenta. Cansado de esta guerra, el gobierno cartaginés envía a su prisionero Regulus a hacer ofertas de paz al Senado romano. Para sorpresa de los senadores, Régulo aboga por la continuación del conflicto y regresa a Cartago, donde será ejecutado
En Sicilia, sin embargo, los romanos recuperaron el control de la isla entre -253 y -251. Este éxito fue puesto en duda en -249 por la derrota naval de Drepanum, donde casi toda la flota romana fue destruida. El resto de la flota romana fue aniquilada por una tormenta ese mismo año. Estos reveses romanos permiten a los cartagineses bajo el mando de Amílcar Barca recuperar gradualmente el control del noroeste de Sicilia entre -248 y -244.