Historia antigua

Deméter

Deméter

En la mitología griega, Deméter (en griego antiguo Dêmếtêr que deriva de Gễ Mếtêr, "la Madre Tierra" o de Dêmomếtêr, "la Madre de la Tierra", de dễmos, "la tierra, el país") es la diosa de la agricultura y cosecha. Los romanos lo asociaron con Ceres. La Teogonía de Hesíodo la convierte en hija de los titanes Cronos y Rea, hermana de Zeus, Poseidón, Hades, Hestia y Hera y madre de Perséfone.

Cuando Hades, gobernante de los muertos, secuestró a Perséfone para convertirla en su esposa, Deméter fue en busca de ella y descuidó las cosechas de la Tierra. Tomando la forma de una anciana llamada Doso, vagó durante nueve días. Zeus, al darse cuenta de que una hambruna amenazaba a los mortales, decidió enviar a Hermes al reino de Hades para pedirle que devolviera a Perséfone a su madre. Pero Perséfone había comido una semilla de granada ofrecida por Hades como último truco para retenerla con él, y la tradición dictaba que cualquiera que comiera en el reino de los muertos no podía abandonarlo. Zeus dispuso que Perséfone pasara los seis u ocho meses cultivables en la Tierra con su madre y el resto del año con su marido.

Pero Deméter no sólo tuvo a Perséfone. El héroe Iasos se unió a ella en un campo arado tres veces y le dio un hijo que se llamó Pluto y que se convirtió en la personificación de la riqueza. Homero menciona que Zeus, por celos, derribó a Iasos. Unida a Poseidón, concibió también a Arión, un caballo inmortal y una diosa misteriosa, cuyo nombre estaba prohibido pronunciar:también esta hija de Deméter fue denominada Despœna ("la Señora")[1]. Cuenta la leyenda que, habiendo concebido a Despoena durante su búsqueda de Perséfone, Deméter hizo que un titán llamado Anytos la criara[2].

Deméter enseñó a los humanos el trabajo de sembrar y arar. Mientras deambulaba en la forma de Doso, se encontró con Celeos, rey de Eleusis. Para agradecerle su acogida, tomó a los hijos del rey, Demofonte y Triptólemo, intentó hacer inmortal al primero y enseñó al segundo el arte de la agricultura. Éste fue a cambio de enseñar este arte al resto de los humanos. Algunas tradiciones mencionan que ella también le habría dado granos de trigo para que los esparciera por la tierra.

En Trabajos y días, Hesíodo vuelve con frecuencia a Deméter y allí da muchos detalles de los ritos religiosos relacionados con la fertilidad y la labranza. Esta diosa es conocida por ser una de las deidades más favorables para los humanos y se regocija en la paz y el trabajo. Varios autores coinciden en que ella no era uno de los doce dioses del Olimpo, ya que prefería permanecer cerca de la tierra y los campos.

Según Pausanias en su Descripción de Grecia, un gran número de templos y santuarios dedicados a Deméter salpicaban el país, lo que atestigua la importancia de su culto.

Deméter fue honrado en los Misterios de Eleusis, un culto que celebra el regreso a la vida y el ciclo de la cosecha. El Himno homérico a Deméter ofrece la mejor descripción que puede documentar el origen del culto.

También fue honrada en los misterios de Samotracia en la forma de la diosa Axieros, la diosa principal de los Grandes Dioses.


Publicación anterior
Publicación siguiente