La batalla de Pavía (24 de febrero de 1525) fue un acontecimiento decisivo en la Sexta Guerra Italiana (1521-1526). Marca la derrota de los reyes de Francia en su intento de dominar el norte de Italia.
Tras el fracaso de las tropas imperiales de Carlos V en Provenza en 1523, el rey de Francia, Francisco I, quiso aprovechar la ventaja en un intento de recuperar Milán perdida en 1521.
A finales de octubre de 1524, Milán cayó en manos de los franceses, que decidieron continuar hacia Pavía, antigua capital de Lombardía, sitiada desde el 27 de octubre de 1524. A finales de enero de 1525, los refuerzos imperiales mandados por un El francés Charles de Lannoy, primer consejero de Carlos V, se presentó ante Pavía y cada campo se atrincheró durante casi tres semanas.
En la noche del 23 al 24 de febrero, los imperiales abrieron una brecha en el recinto francés y sorprendieron a los sitiadores. Están dirigidos por el condestable Carlos de Borbón, que se distinguió junto a Francisco I durante la batalla de Marignan en 1515 y que desde entonces cambió de bando.
Consecuencias de la derrota francesa
La derrota es total. Los franceses perdieron unos 10.000 hombres [1]. Un gran número de oficiales del ejército, entre ellos Guillaume Gouffier de Bonnivet y Jacques de La Palice, murieron en la batalla. Clément Marot está herido en el brazo.
Francisco I es hecho prisionero por un caballero italiano, César Hercolani, de la ciudad de Forlì, que será apodado el conquistador de Pavía.
El prisionero real es embarcado en Villefranche, cerca de Niza, con destino a España, donde permanecerá detenido durante un año en espera del pago de un rescate por parte de Francia y de la firma de un tratado que le comprometa a abandonar la reclamación de Artois, Borgoña y Flandes y a renunciar a sus pretensiones sobre Italia. Y dejó su espada como rey de Francia y a su hijo en España, y nunca volvió a buscarlos.