Historia antigua

La huida de Varennes y el fin de la Asamblea Constituyente.

La huida de Varennes y el fin de la Asamblea Constituyente.

Inconcebible para un clero que se veía alejado de un proceso político que desaprobaba en gran medida, condenado por el Papa e inaceptable para un rey firmemente apegado a los dogmas de la monarquía por derecho divino, la Constitución Civil del Clero reveló el malentendido establecido entre el rey y la Asamblea al inicio de la Revolución.
Débil y de voluntad débil, Luis XVI sancionó la Constitución Civil del Clero el 26 de diciembre de 1790. Sin embargo, se ganó las ideas de refractario*, empezó a jugar, con la ayuda activa de María Antonieta, un doble juego. Pareciendo someterse a la Asamblea Constituyente, urdió en secreto la ruina de la Revolución. Así, al haberle negado el acceso al castillo de Saint-Cloud durante las celebraciones de Pascua de 1791, Luis XVI decidió ir a las fronteras orientales para intentar restablecer la situación interna. Al salir con su familia la noche del 20 de junio, fue detenido esa misma tarde en Varennesan-Argonne*, después de haberse mostrado reacio a utilizar la fuerza para continuar su viaje. El 25 de junio, el coche fúnebre de la monarquía regresó a París en medio de una multitud amenazadora y furiosa por haber sido traicionada por su rey. A pesar de las explicaciones aproximadas y tranquilizadoras de los diputados monárquicos, el pueblo de París es consciente de haber sido engañado. La ruptura fue decisiva entre Francia, favorable a las ideas de 1789, pero unida a su rey, y este monarca que se disponía a pactar con las potencias enemigas.
En París, en plena efervescencia , los varios clubes donde se reunieron los diputados de la Asamblea Constituyente. Pronto, la política de Francia se hizo más en la sala de los Cordeliers o de los Jacobinos que en una asamblea que dudaba en condenar a Luis XVI por su intento de huir. Ante esta indulgencia, el municipio de París organizó una gran manifestación en el Campo de Marte el 17 de julio, durante la cual se invitó a los habitantes de la capital a firmar una petición exigiendo la destitución del rey. Muy rápidamente se produjeron grandes enfrentamientos en el mismo lugar donde, un año antes, la familia real había sido aclamada; Entonces, de repente, sucede lo irreparable. La Guardia Nacional dispara contra la multitud:Bailly y La Fayette, símbolos de la Revolución victoriosa, acaban de cubrirse las manos con la sangre del pueblo. Se acaba de dar un paso más en la escalada revolucionaria.
Unas semanas más tarde, la Asamblea Constituyente se disolvió; ha completado su trabajo con miras a redactar una nueva Constitución. El 14 de septiembre, Luis XVI prestó juramento de fidelidad a las leyes constitucionales adoptadas, después de haber decidido que los miembros de la nueva asamblea no podían ser elegidos entre los de la Asamblea Constituyente.


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