El Muro de los Comuneros de Père Lachaise (París) simboliza la lucha por la libertad y los ideales. Allí, el 28 de mayo de 1871, ciento cuarenta y siete federados, combatientes de la Comuna, fueron fusilados y arrojados a un foso abierto al pie de la muralla.
El cementerio del Père-Lachaise se instaló en mayo de 1804 en una zona que había pertenecido durante mucho tiempo a los jesuitas y donde el Père Lachaise, confesor de Luis XIV, residió al final de su vida. En el siglo XIX fue cementerio de la aristocracia y allí también fueron trasladados restos de personajes ilustres de épocas anteriores.
Fue allí donde durante la Comuna, en la primavera de 1871, se refugiaron los últimos combatientes. Los versalleses, dueños del lugar hacia el final de la tarde del 28 de mayo, fusilaron a todos los prisioneros contra un muro llamado desde entonces Mur des Fédérés.
Entonces terminaría la masacre de los comuneros pero la represión continuó. El saldo, incluidas las víctimas de la guerra civil y la represión que siguió, fue de entre 20.000 y 30.000 muertos. Se cuentan:
* la pronunciación de cien ejecuciones de comuneros, 23 de las cuales fueron efectivas;
* 410 sentencias de trabajos forzados;
* 4.600 encarcelamientos;
* 322 prohibiciones;
* 4.586 deportaciones a prisión en Nueva Caledonia, cerca de Numea, y unas 3.000 deportaciones a prisión en Argelia. (así como Île Madame);
* 56 internamientos en reformatorios para "gavroches".
El drama, amplificado aún más por la odiosa histeria de los medios de comunicación, se puede leer en estas cifras. Pero la Comuna y la acción de los comuneros quedaron grabadas en nuestra memoria, en el corazón mismo del Movimiento Obrero que tardó sólo unos años en renacer.
El 23 de mayo de 1880, dos meses antes de la amnistía de los comuneros, tuvo lugar el primer desfile ante el Muro por convocatoria de Jules Guesde:25.000 personas, con una rosa roja inmortal en el ojal, desafiaron así a las fuerzas policiales. Y a partir de entonces, esta "subida al Muro" marcó la historia de los trabajadores, ya que cada año, desde 1880, las organizaciones de izquierda organizan una manifestación en este lugar simbólico, la última semana de mayo. Jean Jaurès, aunque ajeno a la memoria comunera, estuvo allí varias veces, acompañado por Édouard Vaillant, por Jean Allemane y por miles de militantes socialistas, sindicalistas o anarquistas.
El 24 de mayo de 1936 tuvo lugar allí una manifestación sin precedentes:600.000 personas, encabezadas por Léon Blum y Maurice Thorez, en medio del movimiento huelguista, se manifestaron allí pocas semanas después de la victoria del Frente Popular. Otra fecha, otro momento destacado, en este lugar cantado por Jules Jouy:"Tumba sin cruz y sin capilla, sin azucenas doradas, sin vidrieras, azul, cuando la gente habla de ello, lo llaman El Muro".