Jean-François-Constant Mocquard (1791-1864), jefe de estado mayor de Napoleón III, fallecido hace 150 años, nacido en una familia de comerciantes de Burdeos, pero procedente de Saint-Domingue, que, antes de asumir este cargo, tuvo varios vive:una vida privada - bastante enigmática -, en sus primeros años, luego, muy brevemente, la de un joven diplomático de Montholon en Würzburg, seguida de la de un destacado abogado liberal, y finalmente la de un valiente subprefecto – a veces dividido entre el "ciudadano" y el "funcionario" que también era -, en un departamento, "al pie de los Pirineos". Es, pues, la vida de este hombre de confianza de Napoleón III, su confidente, un hombre de influencia, de inmensa cultura y bastante original; es un retrato que también da vida a una época y, en particular, al entorno de quien fue "el primer presidente de una república francesa, que luego se convirtió en nuestro último soberano".
Extracto del prefacio de Eric Anceau, Sorbona de París
"Mocquard fue el jefe de gabinete de la figura más poderosa de Francia entre 1848 y 1870, el primer presidente de una República francesa que luego se convirtió en nuestro último soberano, Luis Napoleón Bonaparte-Napoleón III. Era mucho más que eso:era su consejera íntima, la partera de ciertas ideas, la moldeadora de muchos discursos"
Extracto del epílogo del barón Gilbert Ameil, presidente de los Amigos de Napoleón III - Sociedad Histórica del Segundo Imperio
"Primero está el joven Carbonaro, un habitual de Arenenberg, cercano a la reina Hortense y sus lectores, uno de los primeros bonapartistas, luego un brillante abogado liberal que espera impaciente una liberalización del régimen, interviniendo con fe y éxito en varios procesos importantes.
Se trata entonces de un subprefecto, un hombre de carácter, sin concesiones, que, habiendo adivinado sin duda el futuro ascenso del último de los Bonaparte que podría dirigir Francia, habiendo apostado por sus capacidades -lo conoció joven-, espera su momento. en lo profundo de Francia.
Finalmente, cuando llega, Mocquard está dispuesto a servir incondicionalmente al futuro Emperador. Dedicación, actividad, fidelidad, confianza marcan su conducta a la espera del 2 de diciembre"