Entre dos minaretes calados de azul y estatuas policromadas coronadas por estandartes adornados con cabujones, en lo alto de un inmenso arco flamígero (que le valió el sobrenombre de Salamandra), vuela, sobre una bola dorada, una sirena que lleva el sombrero del barco de la ciudad de París, con falda plana, lanzando al viento un traje de noche de falso armiño:la parisina:este espantapájaros lleno de corrientes de aire se parece también a las damas de La Vie parisienne. En la primera página de esta selecta revista donde escriben Gyp y Toutet, vemos a una madre, la ciudad de París. Da el último consejo a su hija, la Exposición:
Es el Sr. Émile quien te inaugura, cariño, tendrás que ser muy amable.
El Sr. Émile inaugura. ¿Estaremos listos? No estamos preparados, pero, a través de los baches que han trastornado el Trocadéro y el Campo de Marte, bajo las duchas, avanza el Jefe de Estado, acompañado de NI. Millerand, Ministro de Comercio, del prefecto de policía, el señor Lépine, cuyo nombre ha tenido tanto éxito en las revistas, del señor Crozier, jefe de protocolo, del secretario de [Exposición, M. A. Picard, luego del señor. Bouguereau con frac.