Historia antigua

concurso de belleza

Están todas ahí, las bellezas del tiempo, a menos que aparezcan en Folies-Marigny, donde las hermanas Wallenda se sumergen bajo el agua durante tres minutos. La rue de Paris es el lugar de encuentro de gente emplumada y tardíamente vivaz. Le Diable Boiteux recoge los más mínimos comentarios de los "parlotes", por donde circulan los caballeros calvos de los dibujos de Albert Guillaume.

Conoce a Angèle de Lissière, la rubia soleada, Jeanne Révil, Lily d'Arçay, Jane Michel, Jannine de Bréville, Manon Loti, Marthe de Florian, Lili Doria, Yvonne Dorville, Jane d'Arcel, Jane Derval, Sapho de Colomba, Léo Gladioli, Oli de Naygate, Jane de Marny, Féfé Herville, Pauline de Berny, Léo Renn, Émilienne d'Alençon, Maud Durfee, Suzanne Orlandy, Jane de Bremond, Poupette de Ryss, Maud Damuseau, Blanche Delière, Jane Cambrai, Liange de Nangy, las "reinas del amor", entre ellas Jehan des Coulisses y otros "chismosos de Cabotinville" describen sus triunfos.

Van desde el festival de Montmartre (donde Boni de Castellane va disfrazado) hasta el primer concurso de belleza, de Montecarlo a Trouville. Clémence de Pibrac y Nini Fougère, “exquisitas reinas de la elegancia”, lanzan el cuello recto y la falda corta deportiva, Jane de \larny y Pauline de Berny, en el bolso de abrigo y el “canotier à la matelote” (muy sáfico) . La flor de moda, la orquídea blanca, la piel favorita, la chinchilla, triunfan en la Revue des Ambassadeurs:Salut aux Nations! Espectáculo artístico y afrodisíaco donde Paulus hizo la cabeza de Chamberlain, así como en La Scala, que da París s'expose.

concurso de belleza Te digo que es Edward con una mujercita.

concurso de belleza ¡Y esa gorda es Carmen Sylva!

concurso de belleza Estoy seguro de que vi al Príncipe de Bulgaria
con su ayuda de ¡Campo y su chambelán!

concurso de belleza ¡Y Léopold que vino a tirarle las orejas a Cléo de Mérode!

La Exposición es la era de la incógnito. Las crónicas de Abel Hermant están repletas de jóvenes príncipes enmascarados, deseosos de ser explotados en busca de los placeres secretos de la capital.
París, una vez más, se ha convertido en la aubette de los reyes. Todo el mundo cree haber reconocido a Guillermo II. aplaudiendo, al fondo de un palco, los tableaux vivants - tan traviesos - de Armand Silvestre. Los Grandes Duques - el Gran Duque Alexis, el Gran Duque Wladimir y el Duque de Leuchtenberg, Príncipe de Naipes, los jóvenes Grandes Duques Cirilo y Boris, a veces también los Grandes Duques Miguel y Pedro Nicolaievitch - pasean por las calles de París; pero ya no se esconden como en las operetas vienesas, ya no persiguen a los asesinos de la plaza Maubert como en tiempos de Morny, dejan a Lady de Grey ir al "guincher" de la calle de Lappe, en Gravilliers, o visitar los fuertes desiertos y sus "escarps" cantados por Bruant.
Los "fiesteros" que habían preferido cenar en Durand, en la plaza de la Madeleine, en Voisin, en Paillard, o tomar un coñac en el Grand Café, arriba debajo del Jockey, en la esquina del bulevar y de la calle Scribe, se apresuraron a llegar a los Bonshommes Guillaume, los famosos títeres, mientras otros, un poco "puntiagudos" por haber probado demasiados cócteles, una novedad americana, vodka, schiedam, probó toda la gama de estupefacientes del mundo, se quedó en la mesa, explicando su "estado de ánimo" a la florista.
concurso de belleza La florista, señor, era un personaje, me dijo un viejo mayordomo. Hoy en día, los hombres jóvenes se acercan ellos mismos a las mujeres. En 1900 nunca nos hubiésemos atrevido. Había que cortejar en el lenguaje de las flores...


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