El incidente del submarino frente a la isla Kildine se refiere a una colisión entre el submarino nuclear de la Armada de los Estados Unidos USS Baton Rouge y el submarino nuclear de la Armada rusa K-276 Kostroma cerca de la base naval rusa en Severomorsk, el 11 de febrero de 1992. El incidente tuvo lugar mientras el USS Baton Rouge estaba participando en una misión secreta, aparentemente destinada a interceptar las comunicaciones militares rusas. Aunque la mayoría de las fuentes afirman que el submarino estadounidense se había fugado, se cree que ni el Kostroma ni el Baton Rouge pudieron localizarse antes de la colisión. /P>
Contexto
Inmediatamente después del colapso de la URSS en el otoño de 1991, reinaba la incertidumbre entre los servicios de inteligencia estadounidenses sobre la actitud de las fuerzas de la antigua URSS, en particular las fuerzas de misiles estratégicos que permanecían bajo mando ruso. Desde la perspectiva de la Armada de los Estados Unidos, la operación consistía en vigilar las principales bases de submarinos nucleares rusos para averiguar de quién estaban bajo control. Durante la Guerra Fría, este tipo de espionaje recibió el nombre en código Operación Piedra Sagrada. Los submarinos denominaron a estas misiones Operación Pinnacle o Bollard. El autor Jeffrey T. Richelson sostiene que las operaciones de espionaje continuaron a pesar de la caída de la URSS y que el incidente de 1992 fue parte de la operación. Esta recopilación de inteligencia tenía como objetivo intervenir los cables de comunicación de los submarinos soviéticos, registrar los movimientos de los submarinos soviéticos y observar las maniobras de la flota soviética por temor a pruebas nucleares balísticas.
Desarrollo del incidente
La colisión entre los dos submarinos se produjo a las 20.16 horas. hora local el 11 de febrero de 1992 a poco más de 19,3 km de la costa rusa de Murmansk, en aguas consideradas por Estados Unidos como internacionales y por Rusia. como 8 km dentro de sus aguas territoriales.
La misión del USS Baton Rouge habría sido adquirir datos sobre dispositivos de vigilancia antisubmarinos. La prensa estadounidense de la época afirmó que el submarino controlaba el tráfico inalámbrico entre bases rusas, mientras que sus homólogos rusos afirmaron que los dos submarinos habían participado en una caza mutua, opinión que también respaldan varias fuentes occidentales. Según el analista naval Eugene Miasnikov, los dispositivos de vigilancia antisubmarina desplegados por Rusia a lo largo de sus costas hacen inverosímil la primera posibilidad. También afirma que la segunda posibilidad es improbable y que la colisión se debió únicamente al azar. Las olas rompientes y las aguas poco profundas de esta región del mar de Barents podrían, al crear demasiado "ruido" a su alrededor, haber impedido la detección temprana de los dos submarinos, que en el momento del incidente sólo utilizaban sus sonares pasivos.
Miasnikov sostiene que los submarinos clase Los Ángeles no pueden detectar señales acústicas de objetivos dentro de un cono de 60 grados en popa. El escenario más probable sería que Kostroma se acercara a Baton Rouge por detrás. El sonar de clase Sierra también es "sordo" a las direcciones traseras, y su patrón habitual de búsqueda acústica se mueve a lo largo de un circuito. El incidente, sin embargo, generó especulaciones de que los submarinos de ataque rusos son capaces de evitar la detección acústica pasiva, al menos bajo ciertas condiciones, como dependiendo del entorno.
Ambos submarinos sufrieron daños, pero no se reportaron víctimas. Los informes de vigilancia aérea rusos y estadounidenses, por el contrario, coinciden en que la parte delantera del Kostroma resultó dañada. Fuentes de la Armada rusa dicen que encontraron piezas de material compuesto de las tejas antisonar de Baton Rouge. La Armada de los Estados Unidos afirma que, aparte de algunos rasguños, abolladuras y dos pequeños cortes en su tanque, el Baton Rouge no sufrió daños importantes, pero precisa que este tipo de incidente se consideró en cualquier caso grave, cualquier rotura de el casco del USS Baton Rouge comprometiendo su resistencia a la presión. El submarino será dado de baja el 17 de septiembre de 1993, aunque algunas fuentes dicen que ya había sido dado de baja menos de un año después del incidente, en enero de 1993. Según el curador de Arkansas Gregory Stitz Inland Maritime Museum y algunas fuentes europeas, la Armada de los Estados Unidos no había deseado reparar el casco, dado el coste previsto. Oficiales de la Armada rusa dicen que el submarino estadounidense no podía repararse después de la colisión. En cuanto al Kostroma, fue retirado del servicio el 28 de marzo de 1992 para realizar reparaciones, que finalizaron el 29 de junio en los astilleros Nerpa de Snejnogorsk. Más tarde pasó a llamarse Krab, antes de volver a su nombre original en noviembre de 1996. Después de una nueva revisión importante, el submarino ruso volvió a estar en servicio en 2005.
Consecuencias políticas
El incidente produce una intensa vergüenza en Washington. La diplomacia rusa se quejó de la colisión y el Pentágono rápidamente reconoció que había tenido lugar (en contra de la política oficial hasta entonces). Inmediatamente después del incidente se organizó una reunión entre el secretario de Estado, James Baker, y el presidente ruso, Boris Yeltsin. La Armada rusa ha acusado a Estados Unidos de continuar sus operaciones de inteligencia en aguas territoriales rusas, a pesar del fin de la Guerra Fría. Esta cadena de reacciones obliga a la Armada de los Estados Unidos a detener algunas de sus actividades submarinas frente a las bases rusas, como intervenir cables submarinos o interceptar comunicaciones inalámbricas. Esta medida, sin embargo, no evitó un incidente posterior en marzo de 1993, cuando el USS Grayling chocó con un submarino clase Delta, el K-407 Novomoskovsk, frente a la península de Kola. /P>