La mezquita de Bibi Khanum, construida entre 1399 y 1404 en Samarcanda, lleva el nombre de una de las esposas de Tamerlán. • ISTOCKFOTO
Capital del imperio de Tamerlán, Samarcanda (la "ciudad de piedra", en sogdiano) fue durante siglos punto de cruce de la Ruta de la Seda y la ciudad más importante de Asia Central. Actualmente ubicada en Uzbekistán, fue fundada en el siglo VIII th -VII e siglos antes de Cristo. J.-C. Samarcanda pasó entonces bajo el control de los distintos pueblos que se sucedieron en la zona:sogdianos, macedonios, sasánidas, heftalitas, goturcos, omeyas, abasíes, karajánidas, mongoles y luego timuridas, por nombrar sólo los más importantes.
Tras la batalla de Talas en 751, cuando los abasíes, vencedores de los chinos, descubrieron el papel, Samarcanda se convirtió en su principal centro de producción. Antes de la llegada de Tamerlán, Samarcanda tenía, por tanto, una rica historia, pero, tras el accidentado paso de los Genghiskhanids, la ciudad lleva las marcas de los abusos que sufrió durante el período mongol, como atestigua el viajero y explorador Ibn Battuta, de paso. en 1334:"Había una vez, en la orilla, imponentes palacios y edificios que dejaban entrever la ambición de los habitantes de Samarcanda. Pero la mayoría fueron destruidos como gran parte de la ciudad. »
El símbolo del renacimiento timúrida
Durante la segunda mitad del siglo XIV th siglo, la ciudad se ve sacudida por los conflictos que sacuden el antiguo kanato de Djaghataï, del que Tamerlan pronto recogerá los pedazos. Nacido y criado no lejos de Samarcanda, Tamerlán estará ansioso por devolverle el brillo de su pasado y elevarlo a nuevas alturas. Samarcanda no sólo será la capital de su imperio, sino que constituirá en cierto modo su razón de ser y su logro supremo. Armado con las cohortes de arquitectos, ingenieros y artesanos que reunió durante sus campañas, Tamerlan implementó los grandes proyectos que darían a la ciudad el carácter que tendrá hasta hoy y que simboliza el renacimiento timúrida. .
Su nieto, Uluğ Beg, tendrá un papel importante en esta empresa. Entre las joyas de la ciudad, la mezquita Bibi Khanum, la plaza Registan y sus madrasas, el Gur-e Mir, tumba de Tamerlán, o el observatorio Uluğ Beg son testimonio del apego de los timuríes a la religión y al conocimiento, y a la importancia de la figura tutelar del fundador de la dinastía.