Venta de esclavos en Richmond, Virginia (EE.UU.), hacia 1861. Colección particular • BRIDGEMAN IMAGES
La trata de esclavos se regía por criterios de coste y beneficio, como cualquier empresa capitalista. En las costas africanas, los traficantes negociaban precios con las autoridades locales y los intermediarios, a veces sin obtener beneficios reales. En América, el capitán se aseguró de colocar su “mercancía” al precio más alto, utilizando todos los artificios comerciales. Los esclavos podían venderse por hasta 800 veces su precio de compra, pero los costos y riesgos del viaje eran altos. Sin embargo, sólo algunas expediciones terminaron en pérdidas.
Consejos para presentar el “producto”
Poco antes de que el barco de esclavos llegara al puerto, los miembros de la tripulación cuidaron a los esclavos para hacerlos más presentables. Se afeitaron la cabeza y la barba, los untaron con aceite de palma, los purgaron, los lavaron y les aplicaron ungüentos en las heridas. En francés, esta limpieza se llamaba "blanqueo". El barco fue puesto en cuarentena para evitar la propagación de enfermedades infecciosas. Después de una inspección por parte de un médico portuario, la venta podría proceder.
Anuncio de venta por lotes o al por menor
Carteles se publicaron y se hicieron anuncios en la prensa local o se comunicaron oralmente. Un disparo de cañón anunció la apertura del mercado de esclavos. La venta se realizó de varias formas. Los plantadores privados compraban al por menor, según sus necesidades, mientras que los intermediarios (o comerciantes de chatarra) compraban lotes más o menos grandes de esclavos para revenderlos. En los lotes, los vendedores mezclaban a menudo esclavos sanos con esclavos enfermos o de menor "calidad", más difíciles de "vender".
Revisión de calidad de la mercancía
En el momento de la venta, los compradores tenían derecho a examinar la "calidad" de los esclavos. En las Indias Occidentales se exhibían desnudos, montados en un barril o en un taburete, mientras que en las colonias norteamericanas se vestían con ropas europeas. Se examinaron principalmente los ojos, los dientes y la piel, así como la robustez. Los esclavos eran elegidos en función de su uso final:los congoleños, pequeños y nerviosos, eran considerados perfectos para los cafetales. Según un traficante de esclavos francés, los niños fuertes "son y siempre serán muy solicitados".
Pago en efectivo, crédito y descuento
El pago rara vez se hacía en efectivo, a pesar de que era el método de pago preferido por los traficantes, que luego ofrecían un descuento del 10 al 15%. Parte del precio se pagaba en letras de cambio con vencimiento variable (1 mes, 3 meses, 1 año, etc.), que no siempre podían liquidarse. El precio también dependía de las fluctuaciones del mercado y de la escasez o abundancia del “producto”. Después de la venta, el amo marcaba con un hierro candente el pecho o el hombro de los esclavos de los que se había convertido en propietario. También les dio un nuevo nombre cristiano.