Historia antigua

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Los Templarios La Orden del Temple fue fundada en 1128 durante el Concilio de Troyes por Hugo Peyens y Geoffrey de Saint-Omer.

El propósito de la Orden era proteger a los peregrinos que llegaban a Jerusalén. Más tarde participó en batallas y construyó una red de ayuda financiera a reyes, señores feudales y peregrinos europeos.

Este poder no agradó al rey Felipe IV de Francia, quien encarceló y reprimió a los Caballeros del Temple en su reino.

Origen

La creación de la Orden del Temple se sitúa dentro del periodo de las Cruzadas.

Los cristianos occidentales habían atendido el llamamiento del emperador bizantino Alejo I Comneno al Papa Urbano II. El Emperador pidió a los cristianos que dejaran de lado los desacuerdos internos para luchar en Tierra Santa y liberar a Jerusalén de los musulmanes.

Al principio, los soldados francos, británicos y alemanes se apresuraron al campo de batalla. Buscaban tierras y salvación eterna, como cualquiera en la Edad Media.

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Estos caballeros eran monjes que sabían empuñar armas. Sus maestros fundadores, Hugo de Payens y Geoffrey de Saint-Omer, y los demás caballeros, hicieron votos monásticos de pobreza, castidad y obediencia. Vivían en comunidad y oración, pero también participaban en batallas, algo prohibido a los monjes de otras órdenes. En 1128, durante el Concilio de Troyes, en Francia, obtuvieron la aprobación de su gobierno.

El rey de Jerusalén, Balduino II (1118-1131), les concedió la Mezquita de la Roca para la construcción de la iglesia conventual. Con el tiempo, la mezquita se convirtió, en el imaginario de la cruzada, en el antiguo Templo de Salomón. Por ello, los caballeros pasaron a ser conocidos como Caballeros del Templo de Salomón o Templarios.

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El rey Balduino II dona la Mezquita de la Roca a Hugo Peyens y Geoffrey de Saint-Omer.

Misión

Una vez conquistada Jerusalén en 1099, varios peregrinos se dirigieron a la ciudad santa. De esta forma, para protegerlos, se creó una Orden religiosa compuesta por nueve caballeros procedentes de Francia y Borgoña. Su misión era garantizar la seguridad durante el cruce entre el puerto de Acre y Jerusalén.

Posteriormente participarían en batallas como la Batalla de Montgisar (1177), la Batalla de Cresson (1187) y el Sitio de Acre (1189-91). Todas estas enemistades tuvieron lugar en el marco de las Cruzadas.

La Orden atrajo a hombres deseosos de conciliar la vida espiritual y militar. Asimismo, hubo crecimiento económico a través de herencias y donaciones. De esta manera, los monjes caballeros comenzaron a negociar préstamos con los señores feudales y reyes de Europa.

Crearon un sistema bancario similar al que ya se practicaba en algunos señoríos. En Londres, por ejemplo, un peregrino podía dejar su dinero en la Iglesia del Temple y luego recogerlo en Jerusalén. Para ello bastaría con una carta con el crédito correspondiente.

Así, los Caballeros Templarios comenzaron a ser garantes de propiedades y a conceder préstamos a reyes, especialmente a Felipe IV, de Francia. Endeudado con los Templarios y sin poder pagarles, el rey los acusó de herejía.

Fin de la Orden Templaria

Después de la pérdida final de Jerusalén en 1291, los Caballeros Templarios perdieron su razón de existir. Se reúnen en Chipre para elegir al nuevo Gran Maestre de la Orden y deciden regresar a sus casas religiosas en sus respectivos países de origen.

En esta época, la Orden Templaria ya formaba parte de la sociedad feudal y recaudaba impuestos a los sirvientes y señores, como cualquier orden religiosa normal. El propio Felipe IV, rey de Francia, pide prestado a los Caballeros Templarios para pagar a sus empleados y mantener el ejército.

Así, al no poder pagar sus deudas, el rey Felipe IV comienza a temerlas, ya que la Orden reúne el poder militar, económico y religioso en una única organización. Inicia una correspondencia con el Papa Clemente V pidiendo la supresión de la orden.

Entonces comienza el gran debate entre los dos soberanos. ¿Quién sería competente para juzgar una orden religiosa:el rey o el papa? Cansado de esperar la decisión de Clemente V, el rey Felipe IV ordenó el arresto de los caballeros templarios y confiscó sus bienes el 13 de octubre de 1307.

El proceso contra los Caballeros Templarios dura siete años y en ese tiempo varios son torturados y asesinados. Debido a las presiones del rey francés, el Papa Clemente V extinguió la Orden en 1312. Dos años más tarde, Geoffroy de Charnay y Jacques de Molay, el último gran maestre de la Orden del Temple, son condenados a la hoguera, marcando el fin de los Templarios.

Los caballeros que lograron escapar de las torturas y del fuego fueron absorbidos por otras órdenes religiosas, especialmente los Hospitalarios que compartían los mismos ideales.

Sin embargo, la Orden de los Templarios sobrevivió en Portugal, bajo la protección del rey Dom Diniz y bajo el nombre de Orden de Cristo. Algunas sociedades secretas como los masones también afirman ser herederas de los Templarios.

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Un Caballero Templario reza después de la victoria en la batalla.

Curiosidades

No fue hasta 1147 que el Papa Eugenio III concedió el pateo cruz roja a los Templarios. Antes, los caballeros vestían sólo una túnica blanca y los sargentos una túnica marrón con una cruz cosida en el hombro izquierdo.

Una leyenda del siglo XIV afirma que Jacques de Molay habría maldecido al rey Felipe IV y al Papa Clemente V, convocándolos ante la corte celestial en el plazo de un año. El caso es que ese mismo año también murieron dos.

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