Estado absolutista es un régimen político que surgió a finales de la Edad Media.
También llamado Absolutismo Se caracteriza por concentrar el poder y la autoridad en el rey y pocos colaboradores.
En este tipo de gobierno, el rey está totalmente identificado con el Estado, es decir, no hay diferencia entre la persona real y el Estado que gobierna.
No existe ninguna Constitución ni ley escrita que limite el poder real, ni tampoco existe un parlamento regular que contrarreste el poder del monarca.
Origen del Estado absolutista
El Estado Absolutista surgió en el proceso de formación del Estado Moderno al mismo tiempo que se fortaleció la burguesía.
Durante la Edad Media, los nobles tenían más poder que el rey. El soberano era uno más entre los nobles y debía buscar el equilibrio entre la nobleza y su propio espacio.
Durante la transición del feudalismo al capitalismo se produjo el ascenso económico de la burguesía y el mercantilismo. Se necesitaba otro régimen político en Europa Central-Occidental que garantizara la paz y el Estado de derecho.
Por tanto, surge la necesidad de un gobierno que centralice la administración del Estado.
De este modo, el rey era la figura ideal para concentrar el poder político y las armas, y asegurar el funcionamiento de los negocios.
En este momento, comenzaron a surgir grandes ejércitos nacionales y se prohibieron las fuerzas armadas privadas.
Ver también:Formación de monarquías nacionalesEjemplos de Estados absolutistas
A lo largo de la historia, con la centralización del Estado Moderno, varias naciones comenzaron a formar Estados Absolutistas. A continuación se muestran algunos ejemplos:
Francia
Se considera la formación del Estado francés bajo el reinado de los reyes Luis XIII (1610-1643) y Luis XIV (1643-1715) que duró hasta la Revolución Francesa en 1789.
Luis XIV limitó el poder de la nobleza, concentró las decisiones económicas y de guerra en sí mismo y en sus colaboradores más cercanos.
Llevó a cabo una política de alianzas a través de matrimonios que aseguró su influencia en gran parte de Europa, convirtiendo a Francia en el reino más relevante del continente europeo.
Este rey creía que sólo "un rey, una ley y una religión" harían prosperar a la nación. De esta manera, inicia una persecución contra los protestantes.
Véase también:Antiguo RégimenInglaterra
Inglaterra atravesó un largo período de disputas internas debido a guerras religiosas, primero entre católicos y protestantes y posteriormente entre las distintas corrientes protestantes.
Este hecho fue decisivo para que el monarca concentrara más poder, en detrimento de la nobleza.
El gran ejemplo de monarquía absolutista inglesa es el reinado de Enrique VIII (1509-1547) y el de su hija la reina Isabel I (1558-1603) cuando se estableció una nueva religión y el Parlamento quedó debilitado.
Para limitar el poder del soberano, el país va a la guerra y sólo con la Revolución Gloriosa se establecen las bases de la monarquía constitucional.
Ver también:Absolutismo inglésEspaña
Se considera que España tuvo dos períodos de monarquía absoluta.
Primero, durante el reinado de los reyes católicos Isabel y Fernando, a finales del siglo XIV, hasta el reinado de Carlos IV, que duró de 1788 a 1808. Isabel de Castilla y Fernando de Aragón gobernaron sin constitución alguna.
En cualquier caso, Isabel y Fernando deben estar siempre atentos a las peticiones de la nobleza tanto de Castilla como de Aragón, de donde procedían respectivamente.
El segundo período es el reinado de Fernando VII, de 1815 a 1833, quien abolió la Constitución de 1812, restableció la Inquisición y quitó algunos derechos a la nobleza.
Ver también:AbsolutismoPortugal
El absolutismo en Portugal comenzó al mismo tiempo que las Grandes Navegaciones. La prosperidad aportada por los nuevos productos y metales preciosos de Brasil fue clave para enriquecer al rey.
El reinado de Dom João V (1706-1750) se considera el apogeo del estado absolutista portugués, ya que este monarca centralizó todas las decisiones importantes como la justicia, el ejército y la economía en la corona.
El absolutismo en Portugal duraría hasta la Revolución Liberal de Oporto, en 1820, cuando el rey Dom João VI (1816-1826) se vio obligado a aceptar una Constitución.
El derecho divino y el Estado absolutista
La teoría detrás del absolutismo era el "Derecho Divino". Concebido por el francés Jacques Bossuet (1627-1704), su origen estuvo en la Biblia.
Bossuet considera que el soberano es el propio representante de Dios en la Tierra y por tanto debe ser obedecido. Los sujetos deben prestar atención a tus órdenes y no cuestionarlas.
A su vez, el monarca debe ser el mejor de los hombres, cultivar la justicia y el buen gobierno. Bossuet argumentó que si el rey se educaba según principios religiosos, necesariamente sería un buen gobernante, porque sus acciones siempre serían en beneficio de sus súbditos.
Ver también:Monarquía ConstitucionalTeóricos del Estado Absoluto
Además de Bossuet, otros pensadores desarrollaron sus tesis sobre el absolutismo. Destacamos a Jean Boudin, Thomas Hobbes y Niccolò Machiavelli.
Jean Boudin
La doctrina de la soberanía estatal fue descrita por el francés Jean Bodin (1530 - 1596). Esta teoría sostiene que el poder supremo fue otorgado por Dios al soberano y los súbditos sólo deben obedecerlo a él.
Según este pensamiento, el rey es considerado el representante de Dios y sólo a Él le debe obediencia. La única restricción al poder del rey sería su propia conciencia y la religión que debe guiar sus acciones.
En este modelo de Estado absolutista, según Bodin, no había nada más sagrado que el rey.
Thomas Hobbes
Uno de los principales defensores del absolutismo fue el inglés Thomas Hobbes (1588-1679). Hobbes defendió, en su obra "Leviatán ", inicialmente, el ser humano vivía en el estado de naturaleza, donde había una "guerra de todos contra todos".
Para vivir en paz, los hombres firmaban una especie de contrato social:renunciaban a su libertad y se sometían a una autoridad.
A cambio, recibirían la seguridad que les ofrece el Estado y la garantía de que se respetará la propiedad privada.
Nicolás Maquiavelo
El florentino Nicolás Maquiavelo (1469-1527) resumió en su obra "El Príncipe" la separación entre moral y política.
Según Maquiavelo, el líder de una nación debe utilizar todos los medios para mantenerse en el poder y gobernar. De ahí que describe que el monarca puede poner en marcha medios como la violencia para asegurar su permanencia en el trono.
Ver también:Transición del feudalismo al capitalismo