1. Pena capital: La pena de muerte se utilizaba ampliamente para diversos delitos graves, incluidos el asesinato, la traición y ciertos delitos violentos. Los métodos de ejecución incluyeron ahorcamiento, fusilamiento y, en algunos casos, electrocución.
2. Condenas largas de prisión: El encarcelamiento era una forma común de castigo para una variedad de delitos. Las sentencias pueden ser extremadamente largas, y algunas personas son condenadas a varios años o incluso a cadena perpetua.
3. Trabajos forzados: Muchas prisiones imponían trabajos forzados como parte del castigo. Los prisioneros pueden ser asignados a trabajar en fábricas, minas, granjas o en proyectos de infraestructura.
4. Confinamiento solitario: El régimen de aislamiento se utilizaba a menudo como forma de castigo o segregación. Los presos podrían permanecer aislados durante períodos prolongados, lo que podría tener importantes efectos psicológicos.
5. Castigo Corporal: Los castigos corporales, como azotes, azotes o azotes, se utilizaban en muchos países como forma de castigo por delitos menores o como medida disciplinaria dentro de las prisiones.
6. Transporte: En algunos casos, las personas condenadas por determinados delitos pueden ser transportadas a colonias o asentamientos distantes como forma de castigo.
7. Destierro: En ocasiones se utilizaba el destierro o el exilio como castigo, exigiendo que los condenados abandonaran su país o región de origen y no regresaran.
8. Multas y Restitución: En ciertos casos, se puede exigir a los infractores que paguen multas o restituyan a la víctima como parte de su castigo.
Es importante señalar que los sistemas penales y las prácticas de sentencia variaron entre países y regiones a fines del siglo XIX, y algunos países estaban comenzando a avanzar hacia enfoques más progresistas y humanos de la justicia penal. Sin embargo, el énfasis general en castigos severos y duras condiciones carcelarias seguía prevaleciendo en muchas sociedades de aquella época.