Las pirámides fueron diseñadas para proteger los cuerpos de los faraones y sus tesoros de los ladrones de tumbas. Los antiguos egipcios creían que los faraones eran divinos y que seguirían viviendo en el más allá. Las pirámides se construyeron con piedras grandes y pesadas para hacerlas lo más fuertes posible, evitando que la tumba fuera asaltada, que los cuerpos fueran robados y que los espíritus escaparan.
También se construyeron pirámides para mostrar el poder y la riqueza de los faraones. Cuanto más grande era la pirámide, más poderoso y rico se creía que era el faraón. Las pirámides también sirvieron como una forma de honrar a los faraones y garantizar que serían recordados por la eternidad.
Las primeras pirámides se construyeron en el siglo 27 a.C. La pirámide más grande, la Gran Pirámide de Giza, fue construida por el faraón Keops y se estima que tardó 20 años en construirse. La Gran Pirámide es una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y sigue en pie hoy en día.
En Egipto se siguieron construyendo pirámides hasta el siglo XIII d.C. Sin embargo, en aquella época ya no se utilizaban como tumbas de los faraones. En cambio, fueron utilizados como templos y monumentos.