India:La dote, conocida como "dahej", es una tradición importante y extendida en muchas comunidades indias, a pesar de las leyes que la prohíben. A menudo se espera que la dote incluya dinero en efectivo, joyas de oro, productos electrónicos, muebles y otros activos valiosos.
Bangladesh:Al igual que en la India, la dote ("joutuk") prevalece en muchas partes de Bangladesh. Las familias de los novios pueden exigir una dote elevada, lo que supone una carga financiera para la familia de la novia.
Nepal:La dote ("daijo") es una costumbre en Nepal, y las expectativas varían según los diferentes grupos étnicos y sociales. La presión social para proporcionar dotes sustanciales puede generar tensiones económicas sobre las familias y contribuir a la desigualdad de género.
Pakistán:A pesar de las prohibiciones legales, la dote ("jahez") se practica ampliamente en Pakistán. Las demandas de dote pueden variar significativamente, desde artículos esenciales para el hogar hasta dinero en efectivo y bienes raíces.
Afganistán:La dote, conocida como "frasco", sigue siendo una práctica común en Afganistán. Las nociones tradicionales de honor y prestigio familiar están profundamente arraigadas en la cultura, lo que lleva a expectativas de dotes sustanciales.
Yemen:La dote ("mahr") prevalece en Yemen, donde puede incluir una amplia gama de artículos como dinero en efectivo, joyas de oro, ropa y electrodomésticos.
Irán:En Irán, la tradición de la dote ("jeyhaz") implica que la familia de la novia presente al novio un conjunto de enseres y muebles para el hogar.
Sudán:La dote, conocida localmente como "mahr", es una costumbre en Sudán y su valor puede variar mucho dependiendo del estatus social y económico de las familias involucradas.
Somalia:La dote, conocida como "aroosni", se practica en muchas partes de Somalia, con expectativas que van desde dinero en efectivo hasta ganado y otros activos.
Si bien en muchos países se han realizado esfuerzos para desalentar o prohibir la práctica de la dote mediante legislación y campañas de concientización, las normas culturales y sociales profundamente arraigadas a menudo hacen que sea difícil erradicarla por completo. Los gobiernos, las ONG y los activistas continúan trabajando por la igualdad de género y la eliminación de las prácticas relacionadas con la dote.