La mayoría de la gente de la época isabelina vivía en hogares pequeños y hacinados. La casa media tenía dos o tres habitaciones y era compartida por una familia de cinco o seis personas. La estancia principal era la cocina, que también se utilizaba para comer y dormir. Las otras habitaciones se utilizaban normalmente como dormitorios.
Las casas solían construirse de madera o piedra, con techo de paja. Tenían pocas ventanas y las que existían eran pequeñas y estaban cubiertas con contraventanas. Esto significaba que las casas estaban a oscuras y mal ventiladas.
Mobiliario
Los muebles eran escasos en los hogares isabelinos. Los muebles más comunes eran una mesa, algunas sillas y una cama. La cama solía ser una gran estructura de madera con un colchón de paja. La mayoría de la gente dormía sobre camillas de paja en el suelo.
Comida
La dieta del isabelino medio era sencilla y monótona. El alimento principal era el pan, que se elaboraba con trigo, cebada o centeno. El pan solía complementarse con queso, huevos y verduras. La carne era un lujo escaso y, cuando estaba disponible, normalmente se salaba o se ahumaba.
Ropa
La ropa también era sencilla y funcional. La mayoría de la gente vestía túnicas o batas de lana o lino. Los ricos vestían ropas más elaboradas, hechas de seda o terciopelo.
Saneamiento
El saneamiento era deficiente en la época isabelina. No existía un sistema de alcantarillado y la gente simplemente tiraba sus desechos a la calle. Esto provocó la propagación de enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea.
Esperanza de vida
La esperanza de vida en la época isabelina era corta. La persona promedio moría cuando tenía poco más de treinta años.