Moda femenina:
- Vestidos con corte al bies: Los vestidos con corte al bies, que se cortaban en diagonal de la tela, resaltaban la figura de una mujer creando una caída suave y fluida. Estos vestidos, popularizados por diseñadores como Madeleine Vionnet, enfatizaban una silueta más natural y elegante.
- Faldas largas y fluidas: Las faldas se hicieron más largas, a menudo llegaban hasta los tobillos y, a menudo, se combinaban con corpiños o blusas ajustadas. Este estilo contribuyó a una apariencia más elegante y sofisticada.
- Vestidos de día: Los vestidos de día prácticos y versátiles eran un elemento básico en el guardarropa de las mujeres. Estos vestidos presentaban líneas simples y podían combinarse fácilmente con accesorios o joyas para diferentes ocasiones.
- Trajes a medida: Los trajes de mujer cobraron mayor protagonismo, influenciados por la tendencia masculina de la época. Estos trajes, caracterizados por chaquetas entalladas y faldas o pantalones a juego, aportaban un look elegante y profesional.
- Vestidos de noche: Los vestidos de noche se volvieron más extravagantes a medida que mejoró la economía, presentando telas lujosas, pedrería intrincada y colores llamativos. Estos vestidos reflejaban un regreso al glamour y la opulencia tras la austeridad de la Gran Depresión.
- Accesorios: Los sombreros seguían siendo una parte esencial de la vestimenta femenina, con varias formas y estilos para elegir. La bisutería, como collares, pulseras y aretes llamativos, se volvió cada vez más popular como alternativa asequible a la joyería fina.
Moda masculina:
- Trajes cruzados: Los trajes de hombre siguieron siendo un elemento básico clásico, centrándose en las chaquetas cruzadas que ofrecían un aspecto más formal y sofisticado.
- Estilos casuales: Además de los trajes a medida, la moda masculina incluía opciones más informales, como chaquetas deportivas, abrigos de tweed y pantalones de franela. Estas piezas permitieron a los hombres adoptar un estilo más relajado.
- Camisa y corbata: La combinación de camisa y corbata siguió siendo una parte esencial del atuendo formal masculino, con varios patrones y colores disponibles para agregar personalidad.
- Sombreros: Los hombres todavía usaban comúnmente sombreros, con estilos como sombreros de fieltro, sombreros trilby y sombreros porkpie que agregaban un toque de elegancia a sus atuendos.
- Abrigos: Los abrigos largos, a menudo confeccionados de lana o cachemira, eran una opción práctica para mantenerse abrigado durante los meses más fríos.
En general, la moda de la década de 1930 reflejaba un equilibrio entre practicidad y elegancia, con diseños que se adaptaban a las cambiantes circunstancias económicas y culturales de la década.