Los temas comunes representados incluían flores, frutas, animales, escenas religiosas y patrones geométricos, a menudo inspirados en la naturaleza y los estilos ingleses de la época.
El bordado era una habilidad tradicional transmitida de madres a hijas y servía como medio para que las niñas expresaran sus talentos artísticos y realzaran la belleza y el valor de sus textiles.