En estas tablillas de arcilla, los escribas usaban un lápiz, que era una herramienta afilada y en forma de cuña. Al sostener el lápiz en ángulo y aplicar diferentes cantidades de presión, los escribas presionaron el lápiz en la arcilla blanda, creando caracteres cuneiformes. La cuneiforme es el antiguo sistema de escritura de Mesopotamia, que constaba de símbolos en forma de cuña que representaban sonidos o sílabas.
El lápiz también podría producir marcas adicionales en la arcilla, como sangrías o líneas, para indicar aún más ciertas palabras o números. Una vez que se inscribía en una tablilla el texto o la información deseada, se dejaba secar al sol o se cocía en hornos para endurecerla y conservar la escritura durante un largo período.
Las tablillas de arcilla se usaban comúnmente para diversos fines en la antigua Mesopotamia, incluido el mantenimiento de registros, tareas administrativas, documentos legales, textos religiosos, conocimiento científico y obras literarias como la famosa Epopeya de Gilgamesh. Sin embargo, es importante tener en cuenta que Mesopotamia no fue la única civilización que utilizó tablillas de arcilla como material de escritura; otras culturas antiguas, como los antiguos griegos, romanos y chinos, también emplearon este método de escritura sobre arcilla.