Descubrimientos arqueológicos

El origen de Pelayo y la batalla de Covadonga

El origen de Pelayo y la batalla de Covadonga

Desde la caída del Imperio Romano hemos sido testigos una atomización del espacio político que conlleva una falta desesperada de documentos. Del primer rey de Asturias no tenemos ninguna fuente fiable que nos hable de sus orígenes y que fuera contemporáneo de sus primeros años, además, como dice García Noriega, [1] Pelayo A diferencia de Arturo, no tenía a nadie que cantara sus obras.

A pesar de todas las dificultades, podemos intentar arrojar algo de luz con los materiales disponibles, ya que disponemos de fuentes árabes y cristianas, que a pesar de su sesgo ideológico pueden servir a nuestro propósito, siempre y cuando pues se leen con las precauciones necesarias, ya que a nadie se le escapa, que en el caso de la crónica de Alfonso III, estos textos buscan la legitimación de la propia monarquía. , conectando con la antigua realeza visigoda, a través de Pelayo, un acercamiento muy improbable, como veremos.

Para iniciar el acercamiento a la búsqueda de los orígenes de Pelayo hay que comenzar por esclarecer el panorama sociopolítico dominante en la región en la que protagonizó los hechos que aquí nos ocupan. Existe una opinión generalizada entre los especialistas de este período según la cual, tras la caída del Imperio Romano, se produjo un surgimiento de poderes locales, que reforzarían su dominio sobre pequeñas regiones o valles. Así, asistiríamos en el territorio asturiano a un resurgimiento de la sociedad tribal o gentilicia, presente en esta región antes de la llegada de Roma y que tras la conquista no podría haber sido eliminada por completo. Este punto de partida utilizado en su día por Barbero y Vigil, es defendido actualmente, con matices, por estudiosos como Fernández Conde[2] o Chris Wickham[3], por lo que sería este tipo de sociedad tribal la que Pelayo habría liderado en la batalla de Covadonga , una sociedad capaz de organizar su territorio y establecer alianzas con otros cacicazgos locales para hacer frente a amenazas mayores. Al respecto, resulta interesante recordar una noticia que puede tomarse como precedente de lo ocurrido en la famosa batalla que hizo famoso a Pelayo, y es que, según las crónicas visigodas, en el año 680 el rey Wamba zarpa hacia Asturias para sofocar una revuelta. Esta noticia coincide con los hallazgos de las últimas excavaciones arqueológicas realizadas en el entorno del pico La Boya y Homón de Faro, ambos en la carretera de Carisa, punto de entrada a Asturias desde la meseta. En este entorno se encuentran una serie de construcciones defensivas utilizadas en esta Alta Edad Media, pero en una época anterior a los acontecimientos de Covadonga. La ubicación de estos muros, junto con las noticias de la campaña de Wamba, nos da una idea de la existencia de un poder local, celoso de su propia libertad y capaz de movilizar gran número de hombres y recursos materiales para organizar su defensa. en una zona que supera los 1500 metros de altitud.

Por tanto, si aceptamos la implantación en Asturias de una sociedad de tipo gentilicio, con un alto grado de independencia política en época visigoda, capaz de rebelarse contra el reino de Toledo, Será más fácil comprender el desarrollo de los acontecimientos posteriores, y empezar a sospechar que quien lidera la revuelta contra los musulmanes no puede ser ajeno al territorio en el que se produce el enfrentamiento y que el origen de ese líder difícilmente era visigodo.

Hay otra serie de consideraciones que nos llevan a descartar el origen visigodo de Pelayo, empezando por su propio nombre, que no es de ascendencia germánica, sino romana. A pesar de que la crónica de Alfonso III se esfuerza decididamente en presentar al monarca asturiano como perteneciente al linaje visigodo, no es probable que un personaje de alto rango entre los visigodos utilizara un antropónimo latino. . No hay que olvidar que los redactores de la Crónica redactan sus textos con una clara voluntad de legitimar la propia monarquía asturiana, intentando conectar la corte de Oviedo con la de Toledo, siendo Pelayo el vínculo que une ambos extremos.

Autores islámicos como Ibn Jaldún también rechazan un origen gótico del protagonista de Covadonga.

Así están las cosas, en la actualidad la gran mayoría de historiadores apoyan la idea del polígrafo andaluz, como dice Eduardo Manzano, «la posibilidad de un origen visigodo de Pelayo es bastante remoto ». [4]

Pelayo, ¿un noble asturiano?

Dado que el origen visigodo del primer rey de Asturias parece descartado, y dado que no es probable que su origen fuera islámico, deberíamos inclinarnos a pensar en Pelayo. como personaje autóctono . Las crónicas del reino de Asturias muestran, en palabras de Ruiz de la Peña, "un laconismo desesperado"[5] con el que poco pueden aportar a esclarecer este asunto, sin embargo, entre la documentación no cronística encontramos una realmente interesante texto. Es testamento de Alfonso III en el que dona la iglesia de Santa María de Tiñana . Este edificio lo habría recibido su antecesor, Alfonso II, como parte de la herencia de su bisabuelo, el propio Pelayo. Así, esta noticia confirma que Pelayo era propietario de tierras y propiedades en el centro de Asturias, con lo que estamos ante una persona perteneciente a las altas esferas de esa sociedad tribal que comentábamos anteriormente.

Hasta aquí las noticias e investigaciones previas a los hechos estrictamente relacionados con Covadonga, a partir de aquí las crónicas ofrecen un relato de los hechos en los que se confirma la hipótesis autóctona del primer monarca asturiano.[6] Según la crónica rotense, Pelayo se encontraba en Brece, localidad situada en el actual concejo de Piloña, en el oriente de Asturias, cuando fue avisado de que los musulmanes iban tras él, al enterarse de la noticia cruzó el río Piloña y se dirigió al monte Auseva. , lugar donde es elegido por los astures y donde se producirá el enfrentamiento con las tropas islámicas. El hecho de que Pelayo fuera elegido jefe de operaciones nos presenta una sociedad en la que los distintos jefes locales cedían su autoridad a alguien de reconocido prestigio, y la existencia de vínculos entre los grupos del centro y del este, como pone de manifiesto la posterior Traslado del corto a Pravia. En cualquier caso, lo más llamativo es el hecho de que fue elegido princeps en la forma en que era , Pues como bien dice Mínguez «Pelayo es elegido princeps; pero no en el sentido romano o visigodo del término, sino como el encargado de dirigir las operaciones militares.”[7] El mismo autor llama también la atención sobre el igualitarismo que existe entre los distintos liderazgos, y lo extraño que resulta que después de Covadonga, Pelayo consiguiera conservar esa supremacía entre quienes habían sido sus iguales, e inaugurar una dinastía sucesora, quizá gracias al prestigio obtenido en combate.

Tras el fracaso de la operación punitiva contra los insurgentes, la columna islámica que seguía a Pelayo opta por retirarse, pero no vuelve sobre sus pasos en un intento de unir sus fuerzas a las de la guarnición estacionada en Gijón al mando de Munuza, si no en dirección este, hacia la comarca de Liébana, seguramente porque ofrecía mayores ventajas, en términos de seguridad, llegar a la meseta y no tener que atravesar una Asturias que parecería experimentando un levantamiento general.

Por otro lado, y según la información que ofrecen las crónicas visigodas, esta zona se encuentra deshabitada desde las campañas de Leovigildo, por lo que pocos inconvenientes podría causar a una columna en retirada; A su vez, las crónicas asturianas confirman esta suposición al afirmar que parte de la labor de Alfonso I fue repoblar los territorios de Primorias y Liébana. El caso es que esta columna no salió intacta de estos valles porque fueron sepultadas por uno de esos frecuentes aludes o argayos que es el nombre que reciben los desplazamientos de tierra en la terminología local.

En cuanto a Munuza, al enterarse del desastre de la expedición punitiva enviada contra Pelayo, decidió salir de Asturias por el puerto de La Mesa, siguiendo el valle del río Trubia, pero no logra su objetivo porque son alcanzados por los astures en Olalies y allí encontraron la muerte. El episodio de Olalíes Es la continuación de Covadonga y transmite la visión de una Asturias en pie de guerra, con un teatro de operaciones que va al menos desde Onís, por el este, hasta Proaza, por el centro. Pelayo, que lideró las acciones en Covadonga, también debió organizar la respuesta en Olalies, reforzando así la imagen de un líder local, con fuerte vínculo con el territorio y buen conocedor de ese mismo territorio.

Bibliografía

  • Aguirre Cano, V.M. La construcción de la realeza asturiana:poder, territorio y comunicación en la Alta Edad Media. Santander 2018.
  • Arrau-Dihigo, L. Historia política del Reino de Asturias (718–910) . Gijón 1985.
  • Barbero, A; Vigil Pascual, M. La formación del feudalismo en la Península Ibérica . Barcelona 1978.
  • Isla Frez, A. La Crónica de Alfonso III y el Reino de Asturias . Oviedo 2019.
  • Manzano, E. Historias de España. Épocas medievales. Barcelona 2015
  • Ruiz de la Peña, J. I. La Monarquía Asturiana. Oviedo 2001.
  • VV. AA. Crónicas de los reinos de Asturias y León. León 1985.
  • VV. AA. El reino de Hispania (siglos VIII-XII). Madrid 2019.
  • Wickham, C. Una nueva historia de la Alta Edad Media:Europa y el mundo mediterráneo 400-800. Barcelona 2016.

Notas

[1]García Noriega http://www.nodulo.org/ec/2006/n053p13.htm

[2]F. J. Conde Fernández. Poderes sociales y políticos en Asturias. Siglos VIII-X. Territorio sociedad poder.

[3]Chris Wickham. Una nueva historia de la Alta Edad Media:Europa y el mundo mediterráneo 400-800, página 339.

[4]E. Manzano Cuentos de España. época medieval pag. 109

[5]J. I. Ruiz de la Peña. La Monarquía Asturiana.

[6]A pesar de utilizar la expresión “monarca asturiana” o “Rey de Asturias” en alusión a Pelayo, quizás estos términos deberían usarse estrictamente del reinado de Alfonso II.

[7]J. M. Mínguez. El reino de Hispania pag. 155

Este artículo forma parte del II Concurso de Microensayo y Microrrelato Histórico Deserta Ferro en la categoría microensayo. La documentación, veracidad y originalidad del artículo son responsabilidad exclusiva de su autor.


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