En 1987, los restos de una mujer de la Edad del Bronce Temprano que murió hace 4.250 años fueron descubiertos en una tumba excavada en la roca en el círculo megalítico de Achavanich en Caithness, Escocia.
El análisis de su ADN mostró que descendía de emigrantes europeos que llegaron a Gran Bretaña unas generaciones antes de su nacimiento, pero también detalles sobre sus características físicas, como que probablemente tenía ojos marrones y cabello negro, y que era intolerante a la lactosa. .
Ahora, un nuevo estudio liderado por la arqueóloga Maya Hoole y publicado en Proceedings of the Society of Antiquaries of Scotland, aporta nuevos datos sobre su aspecto, al tiempo que retrocede en la datación de los restos (en un principio se pensaba que tener unos 3.700 años). ).
El análisis de los datos genómicos ha dado como resultado una reconstrucción facial de Ava (como era llamada) realizada por el artista forense Hew Morrison, quien introduce algunos cambios respecto a la anterior (donde Ava era interpretada con el pelo rojo y ojos azules).
El motivo del cambio es que los nuevos datos aportados por los análisis de ADN realizados por expertos del Museo de Historia Natural de Londres y la Escuela de Medicina de Harvard permiten una mayor precisión en los rasgos físicos de Ava.
El hecho de que se considere que sus antepasados fueron inmigrantes del norte de Europa se deriva de las pocas conexiones genéticas que se han encontrado con la población local de Caithness en el Neolítico. También de los objetos encontrados en el enterramiento, que lo sitúan dentro de la cultura Beaker Folk, que se inició en el Calcolítico y se extendió por Europa hasta principios de la Edad del Bronce.
En el momento de su muerte Ava tenía entre 18 y 25 años, vivía en una zona boscosa donde abundaban avellanos, pinos y abedules. Su dieta era rica en carne, por lo que su comunidad poseía ganado. Según Maya Hoole Ava era una mujer joven y sana que probablemente hacía trabajo físico. No sabemos qué causó su muerte, pero la forma en que fue enterrada sugiere que se tuvo mucho cuidado al crear su tumba. .
La nueva reconstrucción mantiene los rasgos faciales de Ava iguales a los anteriores, oscureciendo sus ojos, su tono de piel y su cabello.