Aunque la fecha tradicional de fundación de la ciudad de Roma es el 753 a.C., en realidad la zona estuvo habitada desde la Edad del Hierro, existiendo algunos restos que se remontan al 900 a.C. Uno de ellos es el conocido como tugurium Romuli o Casa de Rómulo, supuesta morada del legendario fundador de Roma.
Fue encontrado durante las excavaciones en el Palatino en 1872, ubicado en su esquina suroeste cerca de la escalera de Caco que subía desde el Foro Boario y en la zona que baja hacia el Circo Máximo, lugar indicado por las fuentes antiguas.
Era una cabaña tradicional latina, de una sola habitación con techo de paja y paredes de barro y juncos. Según Dion Casio y Dionisio de Halicarnaso, el edificio fue dañado repetidamente por incendios y tormentas, pero cada vez fue restaurado cuidadosamente a su estado original, simple y sin adornos, ya que los romanos creían que era la verdadera morada de Rómulo.
Dion Casio afirma que en el año 38 a.C. fue destruido por un incendio como resultado de una ceremonia realizada en su interior por los sacerdotes que ofrecieron un sacrificio a Rómulo como el dios Quirino.
Otro incendio tuvo lugar en el año 12 a.C. a la muerte de Marco Vipsanio Agripa, cuando unos cuervos se lanzaron sobre el techo de paja quemando trozos de carne que habían cogido de un altar.
Se cree que el llamado tugurium Faustini que las fuentes mencionan en el Palatino durante el reinado de Constantino (312-337 d.C.) podría ser en realidad la casa de Rómulo, que aún se conservaría. En tal caso, habría permanecido intacto hasta el siglo IV d.C.
Cuando se excavaron en 1872, se descubrió que los cimientos de la casa estaban cortados en el lecho de toba, con seis agujeros para insertar postes dispuestos en círculo y uno en el centro, tal vez para los puntales de soporte de las paredes y el techo.
En 1946 nuevas excavaciones encontraron también restos de material orgánico, que fue datado en la primera Edad del Hierro (entre 900 y 700 a.C.).