En las paredes del templo de Karnak, cerca de Luxor (Egipto), y en el templo del faraón Ramsés II en Tebas, hay grabados que describen una gran batalla contra el Gran Rey de Khatti y un tratado de paz que se forjó con ellos.
Conocidos desde la antigüedad, los jeroglíficos fueron traducidos por primera vez por Jean-François Champollion a principios del siglo XIX, lo que despertó un renovado interés occidental en el Antiguo Egipto.
En 1858, el Gran Rey de Khatti fue identificado como los hititas que gobernaban en Anatolia central, en la actual Turquía. Ocho años después, en 1906, el arqueólogo alemán Hugo Winckler descubrió y excavó la capital hitita, Hattusa, en las ruinas fortificadas de Boğazkale, en Turquía.
En los restos del palacio más grande, desenterraron 10.000 tablillas de arcilla con escritura cuneiforme que documentaban muchas de las actividades diplomáticas de los hititas. El hallazgo también incluía tres tablillas en las que estaba inscrito el texto de un tratado que correspondían a las encontradas en las paredes de los templos egipcios. Winckler comprendió inmediatamente la importancia del descubrimiento. Él escribió:
El tratado de paz egipcio-hitita, también conocido como Tratado de Qadesh, es el primer tratado de paz registrado. También es el único tratado del Antiguo Cercano Oriente del que han sobrevivido las versiones de ambas partes.
Se firmó para poner fin a la larga animosidad entre el Imperio hitita y los egipcios, que habían luchado durante más de dos siglos para hacerse con el control de las tierras del Mediterráneo oriental. El conflicto culminó con un intento de invasión egipcia en 1274 a.C. que fue arrestado por los hititas en la ciudad de Qadesh, a orillas del río Orontes, en la actual Siria.
En la Batalla de Qadesh, ambos bandos sufrieron numerosas bajas, pero ninguno de los bandos pudo prevalecer decisivamente ni en la batalla ni en la guerra. El conflicto continuó sin llegar a ninguna conclusión durante unos quince años más antes de que se firmara el tratado. Aunque a menudo se le llama Tratado de Qadesh, en realidad se firmó mucho después de la batalla y Qadesh no se menciona en el texto.
Se cree que el tratado se negoció a través de intermediarios sin que los dos monarcas se reunieran personalmente. Ambas partes tenían intereses comunes para lograr la paz; Egipto enfrentaba una amenaza creciente por parte de los Pueblos del Mar, mientras que los hititas estaban preocupados por el creciente poder de Asiria al este. El tratado fue ratificado en el año 21 del reinado de Ramsés II (1258 a. C.) y continuó en vigor hasta que el Imperio hitita colapsó ante los asirios, casi un siglo después.
El tratado de paz de Ramsés II y Hattusili III es notable porque conocemos su redacción exacta. Como todo acuerdo moderno, el tratado se divide en puntos y cada parte hace promesas de hermandad y paz a la otra en función de los objetivos. Acordaron que no cometerían actos de agresión entre sí, que repatriarían a los refugiados de cada uno y que se ayudarían mutuamente.
Si un extranjero atacara a Egipto o a los hititas, el otro proporcionaría ayuda militar:
El tratado finaliza con una declaración de que los dioses están llamados a dar testimonio, y en caso de romper el tratado se recibiría un castigo de los dioses:
Después de formar una alianza con Hatti, Ramsés comenzó a dirigir su riqueza y sus energías hacia proyectos internos, lo que llevó a extensos proyectos de construcción, como la finalización de sus grandes templos excavados en la roca en Abu Simbel. También hay pruebas de que Ramsés intentó establecer vínculos familiares más fuertes con Hatti casándose con una princesa hitita.
El tratado en su forma final se redactó en Qadesh en consulta con los embajadores egipcios. Cuando estuvo en su forma final, fue inscrito en una tablilla de plata y llevado a Egipto. Tras la aprobación de Ramsés, se redactó una contraparte con su propio nombre, tomando frases del original hitita y haciendo sólo algunas modificaciones menores.
Finalmente, la versión hecha en nombre de Ramsés fue grabada en otra tablilla de plata, estampada con el sello del faraón y enviada a Hatti. Luego, los escribas de Hatti prepararon copias escritas en tablillas de arcilla para guardarlas en los archivos reales. Fueron estas copias las que descubrió Hugo Winckler. Las tablillas de plata originales se perdieron, probablemente fueron saqueadas y fundidas hace mucho tiempo.
Dos de las tablillas de arcilla se exhiben ahora en el Museo del Antiguo Oriente de Estambul, mientras que la tercera se exhibe en los Museos Estatales de Berlín, Alemania. Una copia del tratado se exhibe de manera destacada en una pared de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
Una copia de la versión egipcia, como decíamos al principio del artículo, está grabada con jeroglíficos en las paredes de dos templos del faraón Ramsés II en Tebas:el Ramesseum y el templo de Karnak.
Este artículo fue publicado en Amusing Planet. Traducido y republicado con permiso.